Cuando cumplió 28 años, Máximo Córdova Cruz decidió caminar más de 190 kilómetros para llegar hasta la provincia de Ayabaca (Piura) para participar de la festividad del Señor Cautivo, que cada año se celebra el 13 de octubre. Sin embargo, este 2023, fue su último año de peregrinaje que hizo a sus 86 años.
Según los integrantes de la hermandad a la que pertenecía, Máximo Córdova, quien se convirtió en un ejemplo de fe, empezó a peregrinar desde el año 1965, y pese a su avanzada edad, en los últimos años, no se rendía y llegaba hasta la sierra piurana para venerar al Cristo Moreno.
“Nuestro hermano, es uno de los primeros peregrinos de la hermandad de Sullana que mostró su fe católica y decidió caminar hasta el altar de nuestro Señor Cautivo de Ayabaca”, dijo uno de sus compañeros de peregrinaje, quien hoy llora su partida.
Esta festividad religiosa se celebra desde el 12 hasta el 14 de octubre. Aquí se reúne miles de devotos para participar de las diferentes actividades.
Según la historia, en 1751, el sacerdote español García Guerrero quiso dar a su pueblo una imagen del Señor; para lo cual se decidió utilizar un tronco del que había brotado sangre luego de que un labrador le diera un hachazo. Era de un árbol de cedro, encontrado en el cerro Zahumerio de Jililí.
Tres hombres vestidos con impecables ponchos blancos llegaron al pueblo de Ayabaca y se comprometieron a esculpir la imagen del Señor Cautivo, con la condición de que el pueblo guardara absoluta reserva sobre su presencia. Además, nadie debía interrumpirlos durante sus labores y los alimentos les serían servidos solamente al amanecer.
Al transcurrir el tiempo, los pobladores tuvieron la curiosidad de ver los avances del trabajo, pero, al llegar al lugar, nadie les respondió, por lo que decidieron ingresar al sitio. Allí encontraron la majestuosa escultura de un Nazareno con las manos cruzadas, al costado estaba la comida intacta.