Los deslizamientos de tierra en el valle de Vítor (Arequipa) han estrechado al mínimo parte del cauce del río del mismo nombre, al punto de que en cualquier momento podría quedar obstruido. Son cerca de 400 hectáreas de cultivo en riesgo potencial ante un eventual represamiento de agua.
Estos deslizamientos de tierra ocurren en diferentes tramos del valle. Este sábado, La República estuvo en la zona y comprobó que las caídas de tierra son continuas y levantan nubes de polvo. En un tramo, el cauce del río solo llega a un ancho de 2 metros, casi un riachuelo.
Los movimientos se originaron en la década del 70 por el exceso de uso de agua en irrigaciones ubicadas metros arriba (La Joya y La Cano). El agua excedente se infiltró en el suelo y comenzó a empujar la masa de tierra, la cual cae de forma progresiva hacia el valle de Vítor.
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El tramo de río estrechado corresponde a la zona de Punillo, la cual es afectada directamente por el exceso de riego en La Cano. Un informe del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) del 2020 señala que, solo desde el 2018, el deslizamiento avanzó 100 metros hacia el valle y sepultó parte de chacras y recortó el cauce del río.
El gerente técnico de la Junta de Usuarios de Vítor, Piero Zenteno, sostuvo que los deslizamientos se incrementaron desde el 2016, cuando La Cano accedió a una licencia de agua de 1 metro cúbico por segundo (1 m³/s). Empero, afirmó Zenteno, se usaría incluso hasta 1,3 m³/s. El excedente empeoraría la filtración del recurso hídrico y los deslizamientos. Remarcó además que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) debe hacer cumplir la cuota asignada.
Por lo pronto, el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) ha visitado la zona hace unos días y se ha programado una reunión para el martes. La solución a corto plazo es ensanchar el cauce del río para evitar un represamiento. El tiempo apremia, pues faltan solo dos meses para el incremento del volumen del caudal por las lluvias.
Sin embargo, la solución de corto plazo afecta a agricultores que tendrán que ceder parte de sus terrenos para dar paso al cauce de emergencia. Es el caso de Carlos Alarcón, quien refirió que perdería 1,5 hectáreas para la obra de mitigación, además de que ya perdió siete hectáreas sepultadas bajo los deslizamientos.
Piero Zenteno remarcó que desde el 2016 no se aborda una solución técnica, solo mitigación. Un problema —señala— es que se forman mesas técnicas que continuamente vuelven a foja cero por los cambios de funcionarios.
En su informe del 2020, Ingemmet sugiere que las irrigaciones metros arriba cambien sus cultivos a otros que usen menos agua (como cactus), qu se implemente un sistema de riego tecnificado y que se coloquen pozos de bombeo.
Los agricultores de Vítor son los principales afectados, pero no los únicos. Piero Zenteno refirió que la fauna del río también es dañada. Por ejemplo, los camarones suelen morir por la arena de los deslizamientos que invade las aguas, lo cual afecta a familias que viven de su pesca, como en el sector de Huchas.
Vecinos del valle, añadieron que otras especies, como garzas, han ido disminuyendo con el paso del tiempo.