Con información de Deysi Portuguez / URPI-LR
Un hombre identificado como Gustavo Everardo Araujo (42) murió la mañana de este lunes 5, tras ser empujado a una zanja del cerro San Camilo en Independencia.
La víctima salió de su casa para tratar de frenar una discusión entre cuatro extranjeros de nacionalidad venezolana a bordo de una mototaxi y un grupo de trabajadores de Sedapal, pero tuvo un fatal desenlace.
La zanja tenía una profundidad de más de 6 metros. Foto: Deysi Portuguez/ URPI-LR
Testigos señalan que al promediar las 9.30 a. m. de este 5 de setiembre, un camión de Sedapal se estacionó en la calle Los Gladiolos para realizar trabajos de instalación de agua y desagüe en una de las viviendas. Ocupaba gran parte de la estrecha vía.
En ese momento, un trimóvil azul con tres jóvenes en su interior comenzaron a insultar y amenazar a los empleados de dicha empresa por no poder circular por esa calle.
Al escuchar la discusión, Gustavo Araujo, quien trabajaba como vigilante, salió de su vivienda e intentó intervenir en defensa de los trabajadores de Sedapal, pero según moradores del sector, los agresores se mostraron desafiantes en todo momento.
El agraviado les increpó: “No van a venir a ponerse malcriados en barrio ajeno”; sin embargo, la reacción de estos sujetos fue empujarlo a una zanja de alrededor de 6 metros de profundidad.
Los vecinos reaccionaron de inmediato y retuvieron a uno de ellos, quien fue puesto a disposición de la Policía. Peritos llegaron al lugar para realizar las diligencias correspondientes.
Su padre Jorge Araujo pidió justicia y mano dura contra los responsables. “Lo que pido es que se haga justicia, que paguen, que estén presos. Ahorita han hecho esto, luego salen y, por otro lado, van a cometer lo mismo. Era buen hijo, muy trabajador. Me duele mucho, uno no espera enterrar a un hijo”, declaró a La República.
Vecinos se mostraron consternados con lo ocurrido y exigen justicia para Gustavo, pues aseguran que su muerte no fue accidental como los implicados quieren hacerlo ver. “Esto no es accidente, es un homicidio. A los de Sedapal quisieron romperles la luna”, contaron.
Otros residentes indicaron que uno de los sospechosos se mostró tan exaltado que incluso dijo: “Hoy tengo ganas de matar a un peruano”. Amenazó a los pobladores, así como a los trabajadores de Sedapal, quienes se retiraron del lugar antes de la llegada de la Policía.