Roberth Orihuela Q.
Arequipa . El análisis de diversos especialistas es contundente: Si el proyecto inmobiliario La Recoleta se hace realidad, el riesgo de perder el título de Arequipa como Patrimonio Cultural de la Humanidad es inminente. Esa fue la conclusión de la última reunión que el equipo técnico de la Gerencia de Desarrollo Urbano (GDU) de la comuna provincial tuvo con representantes de diversos sectores de la cultura, arquitectura y hasta del agua y transporte.
El problema es que la aprobación final del proyecto parece inminente. Esto a pesar de que, desde que el proyecto ingresó a trámite en el municipio se advirtieron serias deficiencias. Ahora la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental también ha advertido que “existe un peligro cierto” de que los funcionarios municipales caigan en el delito de otorgamiento ilegal de derechos, si aprueban el proyecto.
El anteproyecto de la residencial La Recoleta, ubicada entre las calles Beaterio y La Recoleta en el Cercado de la ciudad, fue presentado al municipio provincial el 18 de enero de 2021. Este contempla la construcción de cinco edificios habitacionales de 5 a 7 pisos (167 departamentos en total) en pleno Centro Histórico. Además, a lado de los Tambos Gutiérrez y Ruelas, que son Museos Vivos de Arequipa por su importancia histórica.
El expediente pasó a manos de la Comisión Técnica Calificadora de Proyectos. Entonces este órgano estaba presidido por el arquitecto Francisco Ampuero Bejarano. Y uno de sus miembros, representante Ad-hoc del Ministerio de Cultura, era Mario Torres Pérez. El primero en ese momento no debía seguir trabajando en el municipio, porque el Poder Judicial lo había suspendido de ejercer cargo público por tres años desde el 4 de diciembre del 2019. Mientras que el segundo tenía un conflicto de intereses con el proyecto inmobiliario. Pues es el especialista que realizó el estudio del proceso histórico en favor de la empresa.
Pese a ello, los miembros de la Comisión Técnica dio el visto bueno al anteproyecto el 19 de abril del 2021. Con el empoderamiento que les dio el anteproyecto aprobado, la empresa pudo ingresar el proyecto final, el 25 de junio del año pasado, para que la comuna termine con entregar la licencia de construcción que haría realidad la obra. El caso pasó a una comisión especial conformada por funcionarios de la GDU y representantes de Cultura y del colegio de Arquitectos.
Fue en este punto que el ciudadano Carlos Rivas Sastre envió una carta al alcalde provincial Omar Candia advirtiéndole de estas y otras deficiencias. De igual forma, la comisión especial hizo 21 observaciones. Incluso intervino el representante de la Defensoría del Pueblo. Debido a ello, Candia anunció que se anularía el anteproyecto.
Sin embargo, todo parece haber sido falso. El pasado martes la comisión especial de la GDU se reunió con especialistas de cultura, arquitectura y transportes para escuchar sus opiniones respecto al proyecto. Todos estuvieron de acuerdo en que no se podía aprobar con tantas deficiencias. Y las consecuencias serían nefastas para la ciudad. La principal sería que se podría perder el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
En principio, la ordenanza Nº 115-2001 señala que en el Centro Histórico no se pueden construir edificios de más de 2 pisos y que la densidad poblacional no puede ser mayor de 330 habitantes por hectárea. Cosa que no pasa con Residencial La Recoleta, donde se estiman 906 habitantes por hectárea y edificios de hasta 7 pisos. Así lo hizo notar el presidente de la Superintendencia de Centro Histórico de la comuna provincial, William Palomino Bellido.
Por su parte, el gerente de Centro Histórico y Zona Monumental, César Berrios Claverias, indicó que tampoco se está tomando en cuenta el tráfico que podría generarse en la calle La Recoleta, por dónde está pensado el ingreso y salida de la residencial. Este señaló que la Gerencia de Transportes debe realizar un estudio para determinar si se provocará contaminación en la zona.
Finalmente, la presidenta de la Comisión Especial de la GDU, Belén Fernández Almanza, destacó que todo parece dirigirse a no aprobar el proyecto de la Inmobiliaria La Recoleta. Aunque sostuvo que actuarán con objetividad. El pasado 2 de febrero la empresa presentó el levantamiento de las 21 observaciones que se hicieron al anteproyecto aprobado con irregularidades. Estas siguen en evaluación por la comisión.
El consultor en Cultura y miembro de la Superintendencia de Centro Histórico, Eduardo Ugarte y Chocano, señaló que un problema insalvable del proyecto es que dañará la imagen de todo el Centro Histórico. En principio por la fachada que dará a la calle La Recoleta. Mientras las casonas que la rodean son de máximo dos pisos, la empresa inmobiliaria tiene previsto mostrar hasta 4 pisos. En tanto, por el lado del río Chili la ruptura del paisaje será más agresiva. Por allí se piensa mostrar hasta 7 pisos, cuando las casas vecinas no tienen más de dos.
“En ese caso experimentaremos un daño a la imagen, porque si te parases a ver el río Chili, los edificios serían los protagonistas y ya no las estructuras coloniales por las que la Unesco nos dieron el título de Patrimonio de la Humanidad. Por el lado que lo veas no es posible su construcción”, aseveró.