En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia aún existen brechas en el área de la innovación científica. Es decir, todavía existe una escasa presencia femenina en carreras de ciencias e ingeniería.
A pesar de la contribución de las ciencias en nuestras vidas, en el mundo solo tres de cada 10 científicos son mujeres. Además, si bien las mujeres tienen mayor acceso a la educación, ellas continúan recibiendo, en promedio, salarios más bajos que los varones. Esta desigualdad se discute en “Ser Mujer en el Perú” (Planeta, 2022), libro colaborativo entre la abogada y periodista Josefina Miró Quesada y el economista Hugo Ñopo.
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A continuación, conoce los tres enfoques más importantes que aborda la publicación colaborativa:
Si bien una de las tendencias globales más resaltantes es que actualmente las mujeres adquieren mayor escolaridad que los hombres, esto no necesariamente implica una mejor posición económica en el mercado laboral. En promedio, el salario mensual de una mujer es 20% menos que el de un varón. Esto se debe, en gran parte, a que las carreras con menores salarios y prospectos profesionales son principalmente femeninas, como la docencia donde el 61% son mujeres; mientras que solo un 17% son ingenieras.
Además, desde la niñez las expectativas sociales y culturales de comportamiento hacen creer a las personas que existen profesiones vinculadas a los cuidados, como la enfermería o la enseñanza, que necesitan de habilidades “femeninas”, mientras que hay otras, vinculadas a los números, como las ciencias, que requerirían de un perfil ”masculino”.
Un factor adicional está en la exigencia de mayores habilidades matemáticas para las carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), las mismas que no se demandan en los labores ligados al cuidado y asociados a lo “femenino”.
Lamentablemente, en el Perú existe una significativa brecha de género, la cual se manifiesta desde el estereotipo que considera a las mujeres como personas con mayores dificultades para desarrollar habilidades matemáticas frente a los hombres. Esto se refuerza desde el colegio y el hogar. Además, aquellos juegos iniciales de la niñez, clasificados por género, van prescribiendo los roles y preferencias que “deben” ocupar las chicas y los chicos en la sociedad inconscientemente.
Otro factor que responde a la poca presencia de mujeres en el campo de las ciencias está vinculado al balance que ellas realizan entre el trabajo y la familia. Esta realidad no solo confirma la creencia de que la mujer es la cuidadora primaria en el hogar, sino que crea expectativas de que lo siga siendo.
El problema de dichas preconcepciones es que refuerzan los estereotipos de género que encasillan a las mujeres a lo doméstico, lo que induce a muchas mujeres a elegir carreras menos demandantes y más flexibles que les permitan tener un balance entre su vida familiar y su profesión.
La publicación de Josefina Miró Quesada y Hugo Ñopo cuestiona el rol de las mujeres en la sociedad y las brechas de género que aún existen en el país. Foto: Planeta de Libros.
Para los autores de “Ser Mujer en el Perú”, enfrentar la desigualdad de género en distintos campos de la sociedad inicia principalmente con la erradicación de los patrones socioculturales que impiden la incorporación de la mujer en la ciencia y en múltiples esferas de la vida. Solo así, consideran, se podrá garantizar una igualdad de derechos y oportunidades desde etapas muy tempranas del desarrollo.