Un nuevo testimonio contradice la versión que dio la empresa Repsol acerca del derrame de petróleo ocurrido en en las playas de Ventanilla. En un inicio, la compañía española culpó a un supuesto oleaje anómalo producto de la erupción de un volcán en Tonga, al otro lado del océano Pacífico. Sin embargo, la Marina de Guerra determinó que el puerto estaba abierto y no había alerta de tsunami, versión que fue respaldada por el velerista profesional Alec Hughes, quien se encontraba en una competencia junto con otros colegas ese fin de semana.
“Sí había una mancha de petróleo. La filmó otro velerista y yo lo colgué en mi red social. En ese momento estaba el buque y había un remolcador, lo cual es común, y no había ninguna señal de emergencia, no había olas de norte, no había oleaje anómalo”, señaló el deportista en diálogo con Latina.
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Hughes estuvo muy cerca del buque que descargaba el crudo y narró cómo se percató del producto contaminante en el mar. “Sí hubo dos veces sonidos metálicos. Yo le pregunté a mi tripulación qué era ese sonido. Obviamente, no sabíamos qué pasaba y pensábamos que era un sonido que pudo venir del buque o del remolcador”, continuó.
Además, precisó que ese día consultó con el Pacific Tsunami Warning Center (Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico), el cual no registraba ninguna alerta de tsunami o posible oleaje anómalo en la zona del derrame. “Todos los días veo el reporte del mar, estaba chico”, sentenció.
El autor del libro “Atando cabos: Los contactos entre Perú y la Polinesia” admitió que no imaginó que la mancha de petróleo que avistó la tarde del sábado 15 de enero sería el inicio de un gran desastre ecológico.