Apenas descendemos de la camioneta que nos traslada al centro poblado de Titire, ubicado en el límite entre Puno y Moquegua, los esposos Felipa Ortega Jiménez y Victoriano Ramos Quispe, nos abordan. Sus rostros reflejaban reclamos contenidos de otras épocas. Piensan que somos de algún organismo del Estado.
“A buena hora que han venido. Miren cómo está nuestro río contaminado. Nadie dice nada. En Lima, ¿cómo dicen que la mina no contamina? ¡Y esto qué es¡ Nuestros animales sufren las consecuencias”, dice Felipa cuando le decimos que somos periodistas.
A menos de un kilómetro está el río Titire. Hace 20 años en este afluente se pescaba truchas. Desaparecieron. El agua no es apta para el consumo humano ni animal.
Puno. Vista panorámica desde puente Bello, nombre contradictorio que grafica claramente la situación de la zona. Foto: La República / Juan Carlos Cisneros
La unidad Florencia Tucari de la empresa Aruntani, está en proceso de cierre. Explota oro hace 20 años y generó pasivos ambientales lanzados a esta cuenca hídrica que desciende por los valles de Moquegua y Arequipa.
Aguas abajo, el Gobierno Regional de Moquegua hizo estudios en poblaciones que beben el recurso del Titire. Según informe del portal periodístico Convoca tomaron muestras en 29 pobladores, 19 tenían concentraciones que superan el valor referencial de arsénico. Este elemento se encuentra de forma natural en las montañas, pero se desprende en grandes cantidades durante el proceso de explotación minera y se esparce en el ambiente, precisa el reportaje.
Puno. Lorencia Manzano camina cerca a las aguas amarillentas que cruzan bajo el Puente peatonal de río Titire muestra claramente contaminación. Foto: La República / Juan Carlos Cisneros
El presidente de la comunidad campesina de Jatucachi, Tomas Medina Mamanchura, le confiesa a La República que el problema data de hace más de quince años. “La empresa ha contaminado con impunidad y el Estado nos da la espalda”, se queja Medina.
En Moquegua, los pobladores de Pachas, y otros distritos de las provincias de General Sánchez Cerro y Mariscal Nieto iniciaron una huelga indefinida el 18 de noviembre para exigir al Poder Ejecutivo el cierre definitivo del yacimiento minero Florencia – Tucari de la empresa minera Aruntani SAC y remediar los pasivos ambientales que dejó.
Las denuncias de contaminación no son un simple parecer de quienes conocen la zona. El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) elaboró varios informes sobre la calidad de aguas de las vertientes afectadas por la minera.
Se determinó que estas tienen un nivel de acidez mayor a lo permitido por los metales pesados que contienen.
“Justamente porque existe hierro, en niveles elevados, las piedras del río parecen haber sido pintadas y al río parece que le hubiese echado colorante”, se quejó Tomas Medina, uno de los principales activistas contra la contaminación de la minera.
Las aguas que bajan de la mina también afectan a las partes bajas de Moquegua. Según Convoca, eso se evidenció en la quebrada de Apostolini, el río Queullijahuire, río Coralaque y Tambo.
“Acá no necesitamos ser científicos para decir que hay contaminación. Pero el Estado no hace nada. Solo nosotros vivimos las consecuencias. En Moquegua han anunciado un proyecto de remediación, pero nosotros que somos del lado de Puno directamente afectados no hay nada”, alegó Victoriano Ramos.
Los esposos nos muestran otro río de la zona de aguas cristalinas en donde llegan parihuanas y aves migratorias. Este nace del deshielo de las montañas, no fue dañado por los relaves. Es la única fuente de agua pura para abastecerse. Después de lo que hizo en la zona Aruntani no están dispuestos aceptar a ninguna otra empresa.
El proyecto Katy de la Empresa Cultinor S.A.C., pretende ingresar a explotar una montaña que contiene en sus entrañas oro. Como la zona está en conflicto territorial, las autoridades de Moquegua están a favor porque alegan que es su territorio. Mientras que la comunidad puneña de Jatucache, han determinado que no permitirán ningún otro proyecto minero.
Río Gatullani. No todo esta perdido por la contaminación, todavia se conservan puntos de agua cristalina donde se pueden encontrar truchas y dar de beber a los animales. Foto: La República / Juan Carlos Cisneros.