Sebastián Bazalar y Vanessa Muñoz Arróspide, implicados en el caso Los Ángeles Negros por cobrar 82.000 soles por cama UCI en medio de la pandemia de la COVID-19, lloraron en medio de la audiencia de apelación de la prisión preventiva este último lunes 27 de septiembre. Ambos ciudadanos son sindicados por tráfico de influencias y tienen comparecencia restringida por sus acciones.
El hijo de la exvoleibolista, Ana Cecilia Arostegui, pidió la palabra al juez para explayar su defensa. Sin embargo, empezó a derramar lágrimas al final de su discurso.
“Yo tengo que velar por mi familia y terminar de estudiar, ¿cómo yo voy a tener yo cargo por tráfico de influencias? Estoy solo metido en mis estudios. Yo le dije a la Fiscalía que estaba en finales y así lo pasé (cuando salió todo el caso). Yo soy un hombre de bien, yo no he tenido nada que ver. Es mi madre, incluso ella lo dijo, ella hizo las transferencias y yo no he tenido nada que ver”, indicó.
“Yo estoy hablando con la verdad y quiero llorar, pero no lo hago por mi madre que está presente. Tengo 22 años, ¿cómo se me va a caer el cabello a mi edad? No puedo pagar un psicólogo porque tengo que pagar todo lo de mi familia y ahora estoy a cargo”, sollozó.
Bazalar es acusado por ser una de las personas que recepcionó el dinero en su cuenta bancaria, por lo que es investigado por tráfico de influencias. Entre tanto, Vanessa Muñoz Arróspide sostuvo que “no era ninguna criminal y que solo intentó ayudar a dos amigas que necesitaban una cama UCI”.
“Doctora nosotros no somos criminales. No soy una criminal fueron mis amigas. En ese momento querían (cama UCI) para sus familiares (...) Yo pido perdón de manera nacional, por haberme equivocado y por haber ayudado a mis amigas de varios años. Jamás hemos estado metidos en eso”, expresó con el llanto entrecortado.
Así también, aseguró que “no conoce a ningún médico o funcionario en el hospital Almenara”. En el caso de Muñoz Arróspide, ella era parte de la ONG Donantes de Esperanza, donde también recaía dinero por el cobro de camas UCI. Por otro lado, Piero Jesús Pino Carmona también negó ser partícipe de la red criminal y precisó que recibió el dinero sin conocer para qué era. El Poder Judicial interpuso el pago de 5.000 soles para ellos y la comparecencia con restricciones.
Son una agrupación delictiva que tenía como modus operandi recibir los depósitos de los interesados en que sus familiares pasaran al primer lugar en la lista de espera para ocupar una cama UCI en el Hospital Guillermo Almenara.
Según la teoría fiscal, hay nueve personas involucradas, de las cuales, las cabecillas serían Pedro Pino Gonzáles, coordinador de la Red de Salud Almenara, y Nery Magali Ochoa Menacho, coordinadora de Extensión y Cobertura de la Oficina de Atención de Hospitalización.
Todo empezaría con Iraida Vanessa Muñoz, quien se encargaba de buscar a las víctimas. Luego de ella, se involucraba la exvoleibolista Ana Cecilia Aróstegui. Tras esto, el dinero era enviado a las cuentas de Sebastián Bazalar, Piero Jesús Pino Carmona o Vanessa Recuenco Ochoa.