Escondidos en medio de la selva de Cusco fueron hallados 405 kilogramos de cocaína. El hallazgo y posterior incautación fue realizado por patrullas combinadas de la División de Maniobra Contra el Tráfico Ilícito de Drogas Los Sinchis de Mazamari y personal de la BCT Venecia de la 33 brigada infantería del Ejército del Perú.
La droga estaba en medio del bosque de Alto Picha en el distrito de Megantoni, en la provincia cusqueña de La Convención, territorio comprendido en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem).
Las fuerzas combinadas allanaron la caleta donde se escondía la droga. Las caletas son puntos de acopio bajo la modalidad conocida como “tráfico hormiga”. Menores y jóvenes indígenas son captados para el traslado de la sustancia ilegal.
Estos puntos sirven de guarida de los narcotraficantes que reciben la cocaína a los burriers que se despliegan desde la cuenca del Apurímac y Ene. Se encuentran cercanos a las pistas de aterrizaje clandestinas para sacar la droga fuera del país, principalmente a Bolivia y Brasil.