El virus de Wuhan, que desató una ola de muertes durante 2020, continúa siendo una amenaza para la vida. Cusco es una de las regiones donde los contagios empezaron a aumentar en los últimos días. El ex jefe del Comando Regional COVID-19, Pablo Grajeda, advirtió que los últimos datos sobre el coronavirus en la región son preocupantes. Analizó las cifras de la última semana y detectó un incremento de casos positivos en un 75%: pasó de 960 contagios a 1680 infectados en siete días.
A esto hay que agregar que la tasa de positividad de las pruebas moleculares registradas por la Dirección Regional de Salud (Diresa) llega a 32% desde hace un par de semanas consecutivas. “Esto ya muestra que estamos frente a un rebrote de importancia que requiere una acción más intensa en términos de prevención y control tanto por los ciudadanos como por la Diresa”, precisó Grajeda.
El epidemiólogo también consideró como un signo de alarma que en estos días la tasa de ocupación de las camas en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) casi llega al 80%. De las 23 camas UCI existentes en toda la región imperial, 18 están ocupadas, según el reporte de Diresa de ayer. Mientras que de las 312 camas para pacientes moderados que hay en los grandes hospitales de la región, 82 están ocupadas. Actualmente hay 137 pacientes hospitalizados.
El director regional de Salud, Juan Spelucín, sostuvo que en estos días se deben equipar e implementar más camas UCI para afrontar una eventual segunda ola de la pandemia. Al respecto, Grajeda dijo que “la implementación de camas UCI tendría que llegar a por lo menos a 50”.
Tanto Diresa como EsSalud trabajan para responder ante una segunda ola en Cusco. Spelucín dio cuenta días atrás de que los trabajos de prevención se están fortaleciendo, así como la detección temprano de la COVID-19 y la coordinación con comunidades para evitar que el virus llegue a esos lugares. Una de las medidas es la entrega de oxímetros de pulso para detectar los casos antes de que los pacientes desarrollen síntomas graves y requieran hospitalización.
Para afinar estas acciones se esperan los resultados del estudio de seroprevalencia elaborado por Diresa y que permitirá saber dónde y en qué grupo poblacional está mayor riesgo de infecciones. Mientras que EsSalud espera la aprobación de la gerencia nacional del presupuesto para alquilar una clínica privada para pacientes no COVID-19, de modo que todo el nosocomio sea destinado a una mejor atención a los pacientes COVID-19 que llegan desde otras regiones del sur.
El director del hospital Adolfo Guevara Velasco, Rubén Nieto, dijo que ahora están mejor preparados para un nuevo brote. “Tenemos camas UCI, para pacientes moderados, un sistema de suministro de oxígeno medicinal para cada cama. Estamos en mejores condiciones que cuando ocurrió la primera ola”, explicó.
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Tanto en la Dirección Regional de Salud (Diresa) como en EsSalud el inconveniente sigue siendo la falta de personal médico y asistencial suficiente para atender a los pacientes contagiados con la COVID-19.
Juan Spelucín espera que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) apruebe una partida que permita garantizar la contratación de personal cuando sea necesario contar con más personal médico y asistencial.
El director del hospital del seguro social, Rubén Nieto, dijo que ya cuenta con luz verde de la gerencia del seguro social para que cuando haya un rebrote se contrate hasta 300 servidores. “Vamos a poder contratar personal cuando sea necesario. Ese es un avance, pero también necesitamos alquilar una clínica”.