Arequipa
La experiencia europea da pie para pensar que un rebrote de los casos de la COVID-19 podría darse en el verano y en las playas. En el viejo mundo, el repunte empezó en las costas durante las vacaciones con bañistas que colgaron para otra ocasión los barbijos. Pero un verano sin playas es darle un golpe a la economía local que vive del movimiento de los bañistas: restaurantes, hoteles, comerciantes, transporte, etc.
El infectólogo de EsSalud, Mario Cornejo, sostiene que las playas representan un potencial foco de contagio si generan aglomeraciones y prácticas peligrosas derivadas del consumo de alcohol. Desde el punto de vista médico se podría ordenar el cierre de los balnearios, pero la situación no es tan simple. Hay un impacto económico.
Arequipa tiene tres provincias costeras: Caravelí, Camaná y Arequipa. El gerente regional de Comercio Exterior y Turismo, Carlos Andrade, precisa que cada zona tiene una realidad particular. Por ejemplo, en Caravelí y Camaná hay actividad agrícola, que genera otros ingresos.
En cambio, el principal balneario de Islay, Mollendo, es netamente turístico, sin otro rubro económico fuerte, salvo la pesca artesanal. Se calcula que 250 personas montan negocios durante el verano, generando hasta mil puestos de trabajo directos. La reactivación económica de la zona, ha sido defendida por el alcalde Edgar Rivera.
Sin embargo, no todos en Mollendo están a favor de abrir las playas. El presidente de la Cámara de Comercio de Islay, Lorenzo Quea, teme un rebrote propiciado por los visitantes que traerían el virus. Estima que antes de la pandemia, llegaban por fin de semana cerca de 15 mil personas a Mollendo en verano, aforo que será difícil controlar. “Primero es la salud”, sostiene.
Además, asevera que Mollendo resistió cerca de siete meses con negocios cerrados y puede hacerlo tres meses más. Y que los principales beneficiados por el movimiento económico del verano, son gente de otras zonas, residentes de Arequipa.
Mollendo tiene una población de 25 mil personas. Cifras oficiales de la Gerencia Regional de Salud (Geresa), indican que 2 mil 010 habitantes se contagiaron del coronavirus, con 44 fallecidos. El director del hospital de EsSalud de Mollendo, Erick Yafac, explica que el brote se contuvo con brigadas de detección para que la gente se aísle en casa. Se controló porque el distrito es pequeño.
Sin embargo, hace una semana, se registra un incremento de casos, pasaron de 5 a 9 diarios. El galeno opina que hay relación directa con el relajamiento de medidas y mayor concurrencia a las playas sin protocolos de seguridad. Dice que mucha gente consume alcohol en las orillas.
Yafac acepta que es difícil plantear un cierre de playas sobre todo por la economía de la zona. Pide cautela, recordando que no existe ningún medicamento ni vacuna contra la COVID-19. Considera que el Estado debe invertir para que se cumplan los protocolos, pero también se requiere un cambio en la cultura ciudadana.
La capacidad instalada en el hospital EsSalud de Mollendo es de hasta 57 camas, con un isotanque de oxígeno. Hasta la semana pasada, habían 2 camas ocupadas, ahora son 6.
El gobierno central, mediante el Decreto Supremo N° 170-2020-PCM, estableció lineamientos para la primera etapa de reapertura de playas, que regirá solo en Lima y Callao. Da potestad al resto de autoridades locales a implementar medidas. En Arequipa, se trabaja todavía el protocolo en base al decreto.
La norma establece que el acceso a zona de mar será solo de lunes a jueves, donde se debe respetar el distanciamiento social y el uso de mascarillas. El resto de días solo podrá irse a áreas adyacentes. Además, se prohíbe llevar comidas o bebidas (excepto agua).
El alcalde provincial de Islay, Edgar Rivera, cree que podrían delimitarse las distancias de las sombrillas. Pero considera que una restricción de aforo sería inviable para la economía de Mollendo, además sería imposible de fiscalizar por la poca cantidad de personal edil. Lo mismo sucedería con el cumplimiento de protocolos. Para Rivera, debe concientizarse a los comerciantes y bañistas para que acaten las medidas de seguridad.
El alcalde de Camaná, Marcelo Valdivia, tiene una posición más cautelosa. Él preferiría limitar el acceso a playas, aunque esa decisión se tomará a nivel del concejo. “Por este verano debemos priorizar la vida por encima del negocio”, declaró. Según el alcalde, varios vecinos de Camaná están temerosos, quienes aducen que el virus llegó desde Arequipa.