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En julio, la región Arequipa registró una dramática cifra de fallecimientos, 2 mil 547, casi cuadruplicando el promedio mensual que se tenía antes de la pandemia de coronavirus, de 577. Este pico de fallecidos por mes, es el más alto del país, aparte de la región Lima, según el Sistema Nacional Informático de Defunciones (Sinadef).
Las cifras del Sinadef, en junio ya lanzaban la alerta sobre un irregular comportamiento de muertes. Dicho mes, cerró con 1192 decesos, atribuidos a diferentes causas. Para los especialistas no quedaba duda que había una relación directa o indirecta con el coronavirus. Lamentablemente, junio no fue el punto más alto. Otras regiones que pasaron el peor momento de la pandemia (salvo Lima), no llegaron a tal nivel de decesos.
Oficialmente, la región tiene 963 fallecidos confirmados por coronavirus. Sin embargo, existe el llamado subregistro de aquellos decesos bajo sospecha de COVID-19 o que en el certificado médico, son atribuidos a otra comorbilidad como principal causa de muerte.
¿Esta cifra dramática debería implicar la meseta para Arequipa? Si bien algunas proyecciones señalan que el brote disminuiría en la segunda semana de agosto, el investigador de la Universidad Católica San Pablo (UCSP), Daniel Gutiérrez, señaló que esta conclusión podría crear expectativas falsas. Precisó que una proyección puede variar por diferentes circunstancias en el camino.
Un reciente estudio de la UCSP, detectó indicios de alcanzar una meseta, pues se registró una mayor cantidad de recuperados que contagiados por día. El fin de semana, los nuevos casos superaron a los recuperados. Gutiérrez especificó que la tendencia debe ser constante para asegurar la llegada a una meseta.
Añadió que para disminuir el número de muertes, también se requiere una buena capacidad del sistema de salud, que garantice una atención oportuna de los contagiados.
Las cifras de Sinadef, también pueden mostrar una alerta de brote agudo en otras regiones del sur. En julio, Cusco, Puno, Tacna y Moquegua, han mostrado un exceso de fallecimientos respecto a su promedio mensual.
El caso más notorio es el de Moquegua, que cerró julio con 288 decesos, cinco veces más a su cantidad previa al inicio del estado de emergencia. Mientras que Cusco y Puno, también muestran alza. En sus capitales, ya se reportó un colapso del sistema de salud.
¿La estadística indica que pasarán la misma situación que Arequipa? Gutiérrez señala que todo modelo epidemiológico, tiene un pico de contagios, es inevitable. Sin embargo, las medidas de contención pueden evitar que este sea brusco.
Añadió que el reinicio de la cuarentena en algunas provincias del sur, debería ayudar a desacelerar el incremento de contagio, siempre que se cumplan las disposiciones.
El epidemiólogo de EsSalud, Mario Cornejo, señaló que todavía no se vislumbra una disminución de casos, el brote sigue sostenido, de acuerdo al número de pacientes que llegan requiriendo hospitalización o cama UCI. Añadió que también aumentó la cantidad de referidos desde otras provincias de la región.
Como medida de contención para otras ciudades del sur, señaló que la estrategia debe ser diagnóstico temprano y aislamiento, de preferencia en un centro especializado, pues dentro del hogar podría empeorar la transmisión. Recordó que en Arequipa, varios contagios sucedieron dentro de casa.