Un gran reto por delante el que tiene que asumir José Ruiz Vega como flamante alcalde de Trujillo, sobre todo porque la ciudadanía espera cambios radicales en problemas que tiene la ciudad.
Entre esos problemas está el comercio ambulatorio, si es que va continuar con la gestión de usar el local del Proind en la ex estación del ferrocarril, cabe señalar que se ha vuelto un foco infeccioso a la COVID-19 el comercio informal, se necesita darle una salida a este problema.
Son un promedio de dos mil ambulantes que están en los alrededores del ex mercado Mayorista, Zonal Palermo, además de los que están en la avenida España, que se espera puedan reubicarlos. Como los del mercado La Hermelinda.
Otro de los puntos que deberá resolver es la inseguridad ciudadana, que en los últimos meses se ha incrementado, solo hubo una tregua en tiempo de cuarentena, pero después se ha acrecentado, más aún que la municipalidad tiene poco personal por estar en cuarentena.
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También tendrá que poner en la mesa el tema de la limpieza pública, que no se está cumpliendo como se debe, porque muchos conductores de las compatactadoras son personas de alto riesgo y no están asistiendo a laborar. A ellos se suman los de parques y jardines.
Finalmente, el tema de articulación con las demás municipalidades distritales en la lucha contra la COVID-19, sobre todo por los contagios masivos que se viene dando en la provincia y en la misma municipalidad donde hay creca de 320 trabajadores que dieron positivo al coronavirus de 1600 pruebas aplicadas.