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Sociedad

Lambayeque: Padre Lute pone en marcha segundo comedor en Ciudad Eten

Se dará alimento a las personas de escasos recursos económicos de dicho distrito chiclayano.

larepublica.pe
Comedores de Ciudad y Puerto Eten

En menos de diez días, la Parroquia Santa María Magdalena de Ciudad Eten, que dirige el Padre Eleuterio “Lute” Vásquez Gonzales, puso en marcha el segundo comedor para los que menos tienen en este distrito de la provincia de Chiclayo, región Lambayeque.

 “Hace 8 días fue en Puerto Eten y hoy en Ciudad Eten. Este trabajo se hace porque es un mandato del Señor: denles ustedes de comer. Ese pedido nos lo hace Jesús a todos. Desde aquí les pido que nos apoyen para seguir dando de comer al hambriento. Es una obra de misericordia que está al alcance de todos los hijos de Dios”, dijo el Padre Lute.

En Ciudad Eten, el padre Lute dirige la parroquia Santa María Magdalena y desde hoy empezó a atender el comedor “Divino Niño del Milagro Eucarístico” con el apoyo de integrantes de la hermandad Santa María Magdalena y Divino Niño del Milagro Eucarístico. 

Desde hace 8 días se brinda alimentos en el “Comedor del Migrante” que funciona en un restaurante cerca a la playa, administrado por integrantes de la parroquia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Puerto Eten. Dicha parroquia la tiene a su cargo el padre Lute y con ese entusiasmo que le caracteriza contagió a sus feligreses y de inmediato empezó a funcionar el comedor.

Colaboración a feligreses

 “Hay mucha hambre por esta pandemia, por guerras, por malas cosechas, por injusticias, por dejadez; hay hambre en niños y en ancianos, en jóvenes y adultos, en sanos y en enfermos, en los países más pobres y también en los países más ricos. Siempre lo escuchamos y nos hacemos los sordos pero dar de comer al hambriento nos invita a trabajar por un mundo más solidario. Será durante un mes y todos podemos colaborar con azúcar, aceite, pollo, papa, cebolla, carne, gas, condimentos, etc.; pero sobre todo con nuestra oración. Hay sufrimiento hermanos, pero también hay amor”, precisó el Padre Lute.

“Hagamos un pequeño sacrificio, dejemos de lado nuestra propia comodidad, abramos los ojos y el corazón para sentir la necesidad de tantos hermanos nuestros, y acudamos con sencillez y ternura para socorrerlos en una de sus necesidades básicas: la de la comida diaria”, finalizó Vásquez Gonzales.