Del océano a las telas: la reinvención del destacado pintor acuático Pascual Mimbela

La última vez que el artista acuático nacional Pacual Mimbela trazó un lienzo bajo el mar lo hizo en la playa de Pucusana, una semana antes de que el Gobierno decretara la cuarentena social por el galope del coronavirus en el país.

Con lienzo, espátula y cuatro pinceles de color rojo, amarillo, verde y blanco, pintó arrecifes, sargazos, gigantes y peces de todo tipo de colores mientras buceaba a casi 10 metros bajo el mar. Y como un ancla que se aferra al fondo marino, sus proyectos quedaron en lo hondo de la resignación.

Allí se estancó el crecimiento de su negocio veraniego ‘Cremoladas Máncora’, su plan de trazar el cuadro más grande del mundo en la playa piurana Punta veleros y el dictado del curso de pintura acuática en la playa de Pucusana, en Lima.

“No pensé que aquel día de marzo sería la última fecha que estaría en el mar en un largo tiempo”, rememora condescendiente Pascual Mimbela desde su casa de Los Olivos, en donde viene emprendiendo su nuevo negocio.

“La cuarentena me obligó a buscar opciones para seguir trabajando”, relata el artista de 52 años desde la sala de su casa mientras lo rodean decenas polos, camisetas y mascarillas pintadas a mano. Allí se dejan ver coloridos dibujos de pulpos, de tortugas marinas, de delfines, de tiburones espada, de caballitos y un largo etcétera de animales y plantas marinas. “Mis productos se pueden encontrar en Internet, desde mi cuenta personal de Facebook o también desde mi Instagram personal”, sentencia el pintor, quien busca concientizar sobre el cuidado ambiental y protección del mar.