En Piura, uno de los directivos del hospital Santa Rosa atiende a su propio padre. Raúl Gonzáles, subdirector y médico intensivista de la institución, monitorea la respiración de su progenitor de cerca en el área UCI del centro de salud.
El anciano lleva resistiendo la enfermedad desde hace 30 días. Lamentablemente, la saturación de oxígeno del señor, que indica la calidad de respiración, baja lentamente.
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La región norteña es la tercera más afectada por la emergencia sanitaria, y su cifra de fallecidos sobrepasa incluso a Callao y Loreto.
Según los últimos reportes del Ministerio de Salud, la zona reporta 10.716 contagiados y 568 perecidos como consecuencia de la enfermedad COVID-19.
“A 5.000 soles venden el oxígeno, abusan demasiado. Mi padre tiene 73 años y está mal hace 10 dias, Sin oxígeno, le puede dar un paro”, declara desesperada una joven de Sullana en un reportaje emitido por Cuarto Poder.
La delicada situación del sistema de salud en la región la sufren los propios médicos, enfermeras y técnicos.
En el reportaje, se puede apreciar a una de las paramédicas con los protectores de zapatos rotos. Ella asevera que así es el oficio. “Es el amor a la profesión, por algo somos paramédicos”, expresa, “no podemos irnos y dejar botada nuestra labor”.
El jefe del Comando Covid, Víctor Tavera, en la región señaló que necesitan “equipos de protección personal, isotanques” urgentemente.
Edwin Chinguel, director del hospital Santa Rosa, el designado para la atención de los contagiados, confirma que se han atendido a 2.506 pacientes diagnosticados con el virus hasta la fecha.