La pobreza golpea a los más necesitados durante la pandemia. Ya son 57 días desde que los esposos Víctor Cotrina y Clara Pizarro no pueden salir a trabajar por la cuarentena. Son ocho semanas desde que el escaso dinero que obtenían recogiendo botellas plásticas, cartones u otros objetos reciclables no ingresa a sus bolsillos. Ahora, los ancianos de 70 años, sobreviven gracias a la solidaridad de sus vecinos, en San Juan de Miraflores.
Ambos no tienen Documento Nacional de Identidad (DNI) y viven en el sector de Luis Felipe de las Casas, muy cerca al mercado Ciudad de Dios, en una casa alquilada que se cae a pedazos y que no saben cómo pagar. No hay dinero, apenas hay comida, la situación es urgente.
Consciente de la extrema necesidad de los adultos mayores, una vecina de Villa El Salvador que trabajaba en la zona pide ayuda de las autoridades municipales de San Juan de Miraflores para que esta pareja pueda subsistir, puesto que no lograron obtener ayuda alguna. Ellos no accedieron ni a los bonos económicos, ni a las canastas de víveres, según su testimonio.
“El sábado fui a llevarles algunas cosas. No reciben Pensión 65, ni bono, ni canastas. Además, viven en alquiler, en una casita que ya se cae, pero los quieren botar por falta de pago”, dijo Esther Teuros a La República.
Son seis años, en los que los vecinos de la zona han visto a la pareja subsistir de lo que otros desechan. Años de precariedad y abandono les pasa factura durante esta emergencia nacional en la que los trabajadores informales han sido los más golpeados.
Ellos forman parte de la población con empleos informales, sin beneficios sociales, seguro de salud o protección.
Según el Instituto de Estadística e Informática (INEI), en el 2019 fueron 8 871 600 trabajadores que se emplearon en sectores informales. Es decir, representaron el 66.4% del total de ocupados. Todos ellos, al igual que Víctor y Clara, se hallan en peligro.
Dato:
Si está interesado en brindar alguna ayuda se puede comunicar a este número: 960 615 984