Máximo Rojas Trejo vela las prendas de vestir de su nuera, Yovana Bustamante, fuera de su vivienda. Los restos de la joven fueron llevados a Cajamarca para ser sepultados en Chota, su tierra natal. Acongojado, reza porque su nieto de seis años, el hijo de Yovana, no corra la misma suerte que su madre y pueda salir del Hospital del Niño donde se encuentra internado.
“Hace seis meses perdí a mi esposa que murió de cáncer. Ahora mire, se murió mi nuera, mi hija Jackelin tiene el 60% de su cuerpo quemado y mi nieto se encuentra grave. Yo no puedo dormir, no sé qué hacer”, comenta desesperado este hombre que, antes de la deflagración por fuga de gas ocurrida en Villa El Salvador, se desempeñaba como operario de maquinaria pesada. Ahora no trabaja y se angustia al pensar en los compromisos económicos que tiene pendiente.
“Estamos pidiendo que el pago de los arbitrios municipales y los servicios básicos se nos condonen por este año. Nadie en estas cuadras está trabajando. Ninguna empresa mantiene a un trabajador que no está en condiciones de producir. Nosotros no buscamos estar en esta situación”, señala Máximo Rojas llorando.
Ayer, a primera hora del día, Walter Martos, ministro de Defensa designado por el presidente Vizcarra para atender la etapa de reparación a las víctimas, sostuvo una reunión en el puesto de comando instalado en un parque aledaño a la zona siniestrada, y concretó acuerdos que deberán ser atendidos por todos los ministerios comprendidos en la emergencia.
“Hemos designado a un funcionario para cada familia porque cada una tiene una problemática particular. Ahora contamos con una sola base de datos que nos ha permitido categorizar a los afectados por códigos: rojo, amarillo y verde, según la gravedad y prioridad.
Hemos establecido un plan de transporte con vehículos de las Fuerzas Armadas y la Municipalidad para el traslado de los familiares hacia los hospitales de forma gratuita, porque tienen que seguir el proceso de sus parientes heridos.
También hemos quedado en acortar los trámites burocráticos en casos de fallecimiento en coordinación con los hospitales y la morgue. Hemos decidido implementar un plan de reubicación de las familias damnificadas, es decir, lograr que pasen de estar en los módulos a departamentos alquilados entre el lunes o martes”, señaló el ministro Martos.
Ronald Tipismana, uno de los cinco representantes de los afectados presente en el puesto de comando, señala que, tras la última sesión del Consejo de Ministros, sienten que se “han agilizado los procesos”.
“Como principales interesados y afectados, estamos poniendo de nuestra parte, pero no queremos que nos olviden. Este proceso de recuperación recién empieza y no nos gustaría que quede en promesas”, señala el dirigente.
Tipismana perdió a un tío y un primo. Sus hijas se salvaron de milagro y, por eso, ha sentido la necesidad de apoyar a los demás de forma más activa.
Pero no todos comparten los acuerdos tomados. Jesús Lizeta Huamán, un docente de Arte que lo perdió todo, ha decidido que no dejará el módulo donde vive por ahora.
“Si seguimos aquí, las autoridades seguirán pendientes de nosotros porque somos visibles. Si me voy a un departamento alquilado, se van a olvidar de las promesas que hoy nos dan. Yo me voy a quedar en el módulo así no sea lo más cómodo”, sostiene tajante.
Los restos de Manuel Rodríguez González, un ingeniero venezolano que falleció en Villa El Salvador, podrán ser llevados a su país gracias a las coordinaciones que hacen los vecinos con las autoridades del gobierno. El objetivo de la esposa, Carmen Dolores Delgado Martínez, es llevar las cenizas de Rodríguez para darle sepultura en Venezuela.