El ex gobernador regional de Cajamarca, Porfirio Medina Vásquez, casi un año después de dejar el cargo admitió que durante el gobierno del Movimiento de Afirmación Social (MAS) también hubo corrupción y que la actual gestión de Mesías Guevara Amasifuén generó excesiva expectativa en la población.
Medina, quien rompió su cura de silencio después de un tiempo prolongado, en modo autocrítico ensayó una justificación respecto de algunas debilidades que mostró durante los últimos cuatro años que dirigió los destinos de esta empobrecida región, afirmando que el MAS se burocratizó en determinado momento, alejándose de lo que era su base natural, sustrayéndose bastante, dejándose ganar por el día a día de la administración pública, y eso se paga caro.
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La exautoridad regional reconoció que la administración pública, más allá de lo que pueda significar, absorbe demasiado, lo traga al funcionario, tiene una lógica muy fuerte que no los deja ni respirar; y eso podría pasarle al gobernador actual, que además está divorciado de la cúpula y las bases.
“En la administración pública no podemos negar que hemos tenido errores y también corruptos, y en mi caso hice todo el esfuerzo para sancionarlos de la manera más firme posible, sin hacer mucha propaganda”, afirmó.
Sin sustraerse al momento político, y respecto de las candidaturas de algunos de sus compañeros de la agrupación que dirige el izquierdista Gregorio Santos, ahora sumado al partido político RUNA, Medina descartó que en ese movimiento haya militado y que el MAS no tiene candidatos, estando en la tarea de reactivar las bases en la región cajamarquina y tentar en volver a gobernar participando en las elecciones del 2022.
“Tenemos un gobernador que no acepta ningún consejo, porque piensa que tiene la suprema verdad, y una opinión como la nuestra no lo haría caso, cuando las pasadas elecciones, un sector de la población de Cajamarca cifró unas esperanzas excesivas en el actual gobernador, que no logra satisfacer”, finalizó.