Por: Eduardo Salinas
Un mes después de decretar la independencia del Perú, el libertador José de San Martín fundó en Lima lo que hoy es la Biblioteca Nacional, con el fin de contribuir con el conocimiento y que la población peruana se informe de la memoria del país.
Ayer, al recordarse este episodio, se inauguró una exposición documentaria y fotográfica que repasa la historia desde el siglo XIX hasta nuestros días.
“La biblioteca es un lugar importante para formar opinión y lograr una sociedad más informada (...) Tenemos el manuscrito de Basilio Cortegana, quien realizó un primer intento de (registrar) la historia peruana; este trabajo es inédito. Además, San Martín no solo creó la biblioteca, sino que donó parte de su biblioteca personal, allí la importancia de su acto. Lamentablemente, una parte se perdió tras la ocupación chilena de Lima, pero hemos recuperado una buena parte”, señaló María Emma Mannarelli, jefa de la Biblioteca Nacional.
Según consta en los registros, San Martín donó cerca de 700 libros a la biblioteca.
Justamente, en la exposición inaugurada ayer se encuentra el exlibris del libertador argentino (marca personal) en un documento histórico. La estampa de puño y letra fue puesta en la primera página de los libros que eran de su biblioteca personal.
Pero la exposición trae más cosas. Por ejemplo, cartas de la escritora Clorinda Matto de Turner dirigidas a Ricardo Palma, las cuales revelan la admiración y respeto que sentía por él. También hay documentos de Cipriano Coronel Zegarra y de Mariano Felipe Paz Soldán, historiadores de finales del siglo XIX.
Resalta también un espacio dedicado a la mujer intelectual peruana. Ahí se muestran los semanarios La Bella Limeña (1872), La Alborada (1874-75) o El Álbum (1874), publicación que generó un punto de quiebre en el mundo cultural limeño.
De esta forma se busca contar la historia republicana.
María Emma Mannarelli señala que la Biblioteca Nacional cuenta hoy con más de 17 mil títulos digitalizados, y de cara al Bicentenario el reto es seguir avanzando en esta labor, pues se debe proteger documentos históricos de gran trascendencia que son afectados por el paso de los años.