Cargando...
Sociedad

Cusco: Comunidad y una familia se pelean por Montaña de Siete Colores

DIFERENDO. Pampachiri y familia Condori reclaman sitio como suyo. Conflicto provoca descenso del flujo turístico. La comunidad cobra a los visitantes por concepto de ingreso hacia la montaña y la familia Condori también hace lo mismo.

larepublica.pe
MONTAÑA. El boom turístico en la zona generó una pelea entre comuneros de Pitumarca.

José Víctor Salcedo

La familia Condori y la comunidad campesina de Pampachiri, en el distrito de Pitumarca, Canchis (Cusco), mantienen hace un buen tiempo un fuerte pleito por la posesión de tierras que incluye a la Montaña de Siete Colores o Wininkunka. Los Condori muestran documentos que sustentarían la propiedad de esas tierras, así como la comunidad, que tiene documentos que probarían que esas tierras pasaron a su poder tras la Reforma Agraria hace 50 años, en 1969.

El lío está generando problemas para el acceso de turistas a ese destino, convertido en el segundo más visitado en Cusco después de Machupicchu. Sucede que a causa de las diferencias la comunidad cobra a los visitantes por concepto de ingreso hacia la montaña y la familia Condori también hace lo mismo.

El alcalde de Pitumarca, Benigno Gamboa, dijo que trabajan para pacificar el ambiente en la comunidad campesina de Pampachiri, donde se ubica la Montaña de Siete Colores. Una de las medidas fue que, en marzo y abril, dejaron de cobrar el ingreso a la maravilla natural, mientras se resolvía el diferendo con los Condori. No obstante, la familia Condori siguió cobrando a los turistas.

El presidente de la comunidad campesina de Pampachiri, Lino Huanca, acusó a la familia Condori de mentir y aprovecharse económicamente de la situación, desde que la montaña se hizo conocida. “Aparecieron en 2016 como comuneros y en 2019 se creen dueños, ya no quieren empadronarse en Pampachiri. El terreno nos pertenece, se nos entregó en la Reforma Agraria”, manifestó.

La versión de la familia Condori es diferente. Justino Condori Quispe contó que desde que nació vive entre las faldas y cima de la Montaña de Siete Colores.

Justino asegura que sus abuelos y padres fueron dueños del anexo Kayrawiri Alta en la comunidad de Pampachiri, y que ellos les dejaron ese predio como herencia. Por ello, ahora reclaman la propiedad del terreno.