Según informó la ONG Grufides, la familia de la campesina ambientalista sospecha que se trataría de otro acto de hostigamiento en contra suya.,La mañana de ayer, la familia de Máxima Acuña despertó frente a un penoso escenario: al menos mil truchas de su criaderos yacían muertas tras haber sido envenenadas por motivos aparentemente desconocidos. Según la versión de la familia, el hecho se produjo cuando la esposa de Daniel Chaupe Acuña, Maribel Gil, se ausentó de su vivienda para pastar a sus animales, y a su regreso fue testigo de la escena. La ONG dedicada a la reserva del medio ambiente y defensa de los derechos de la comunidades campesinas, Grufides, emitió un comunicado en donde señalan que la familia de la campesina ambientalista sospecha que lo sucedido significaría un nuevo acto de hostigamiento en contra de la comunidad. PUEDES VER: Máxima Acuña enfrenta nuevamente a Newmont frente a la Corte de EE.UU. “Solo han muerto las truchas que se hallaban en la segunda poza, pero no corrió la misma suerte la otra poza, pese a que ambas se alimentan de la misma fuente de agua”, explica Grufides. Recordemos que Máxima Acuña presentó una demanda que expone cómo la transnacional Newmont, bajo el argumento de disputa de la propiedad, la agredió física y moralmente. A esto, se le agrega el atentado contra sus bienes y la destrucción de sus cultivos, su fuente para subsistir. También se ha reconocido el hostigamiento para que la peruana llegue a un acuerdo con la empresa. En otra ocasión, la familia Chaupe Acuña responsabilizó a la minera Yanacocha de los disparos contra su hogar. Acuña le ganó un juicio a la empresa para defender su terreno, el cual quería ser usurpado para fines extractivos. Ante lo sucedido ahora, el hijo de Máxima, Daniel, presentó una denuncia ante la Comisaría de Sorocucho, en Cajamarca.