Al aire. Emisora arequipeña cumplió 27 años de vida. No tendrá audiencia masiva, pero sí radioescuchas que saben valorar la calidad de la música. ,Sus amigos lo molestaban. "Deja de buscar petróleo", le decían. El aludido, Jorge Ramiro Góngora Navarro, sólo sonreía. Se burlaban de que la inmensa antena que instaló dentro de su vivienda de Miraflores no emitía señal alguna en 7 años. El gobierno no le concedía el permiso. "Mi sueño de tener una radio tuvo un momento de pesadilla", recuerda. Harto de esperar, viajó a Lima para hablar con el mismísimo viceministro de Transportes del primer gobierno de Alan García, quien además era su familiar. Por supuesto, en la oficina nadie le creyó. Seguridad lo quiso botar a empellones. "¡Es mi familiar!", gritó. PUEDES VER: Coimas de Odebrecht a peruanos en Andorra suman US$ 15 millones El alto funcionario se apiadó e hizo ingresar al supuesto pariente. Jorge, sin embargo, entró "con el pie en alto". "No vengo como tu familiar, vengo como un ciudadano", le increpó. El viceministro le respondió que en 7 días le darían su resolución y que saludara a la tía de su parte. Meses después, Radio JR 88.7 de la frecuencia modulada salió al aire el 23 de setiembre de 1990. Se cumplió 27 años de esa fecha. Se trataba de una emisora única en su tipo. Tiene como piedra angular el rock pop, pero se da espacio para la música instrumental, romántica, sin olvidar grandes géneros como la clásica, jazz, trova, criolla, arequipeña. Eran tiempos dominados por la salsa y el techno. La radio, un vicio Por sus oficinas, ubicadas en la azotea de la casa de Jorge Ramiro, pasaron grandes artistas. Edwin Palo, una de las personas más fieles a JR, recuerda que compartieron micrófono con integrantes de bandas como Frágil, Río; artistas de la talla de Basilio, Gianmarco, Pedro Suárez Vertiz, Pelo Madueño, Miki Gonzáles y muchos otros. Palo ingresó a trabajar en 1991, primero como locutor y luego como jefe de programación. Dejó de laborar en el 2000, pero hasta hoy no puede dejar la radio. Se escapa de su actual trabajo para ayudar o simplemente compartir música. ¿Por qué lo hace? Ama la radio, la música y a los Bee Gees. "Tiene metida en la vena la radio", dice de él Jorge Ramiro. JR y el germen de la música Jorge pensó mucho para escoger un nombre a la radio. República era una de las opciones, pero este diario le aguó la idea. Cuando llegó el momento de bautizarla, su inconsciente le hizo escribir "JR". Esa fue la sugerencia que le hizo su sobrino de 7 años cuando le preguntó: "¿y tú que le pondrías?" Las iniciales de sus dos nombres. Pasó el tiempo y JR se mantiene fiel a su estilo. No por nada la frase de la emisora es "menos rating... más radio". Cada vez que tiene dudas de lo que programa, Jorge vuelve a escuchar la música que por primera vez lanzó JR, como un recordatorio de lo que siempre deben ser. Jorge recuerda que la obsesión de tener radio le germinó de niño pero se manifestó de adolescente. El punto de quiebre fue una visita que hizo a Radio 33, emisora arequipeña de los ochenta. Ahí se enamoró de los equipos y discos. Supo que debía fundar su propia emisora. Ahora JR se mantiene sola, pero hubo un tiempo en que Jorge disponía de su sueldo de profesor de la "I" para mantenerla a flote. Por esto, se ganaba los reclamos de su familia. "Yo no quiero plata, quiero hacer una radio de calidad", sentencia. Jorge Ramiro tiene un sueño más: poner un archivo digital en el patio de su casa. "Quiero que cualquier persona venga y gratuitamente se lleve la música de nuestro archivo, que llega a 50 mil canciones", refiere.