El acné es una afección común de la piel que se presenta cuando los folículos pilosos debajo de ella se bloquean. Esto sucede cuando el sebo y las células muertas tapan los poros, lo que puede dar lugar a brotes de lesiones, conocidas como granos o espinillas.
En una entrevista con La República, la nutricionista Pierina Papadopulos y la dermatóloga Jenny Vargas, mencionaron que el estilo de alimentación diaria puede desencadenar brotes de acné en personas de cualquier edad. La conexión entre la alimentación y la salud de la piel es fundamental, sobre todo en aquellos con predisposición a imperfecciones o problemas dermatológicos.
Según la nutricionista Papadopulos, el alimento que podría producir acné es la yema del huevo, debido a que contiene grasas, algunas saturadas, que pueden estimular la inflamación en el organismo. Esta inflamación contribuye a la obstrucción de los poros y, al combinarse con el sebo de la piel, puede originar brotes de acné, especialmente en personas propensas. Además, estas grasas pueden intensificar la producción de sebo, lo que agrava el acné en quienes ya tienen tendencia a la piel grasa.
Por su lado, la dermatóloga Vargas, sostuvo que el huevo sí está relacionado con el tema de aparición de granitos siempre y cuando se consuma en exceso, dado que el huevo contiene altos niveles de progesterona, que es una hormona que sí puede ayudar a generar brotes de acné, señaló a La República.
Con alto contenido de proteínas, el cushuro es fácil de digerir y cuida la salud de la piel. Foto: difusión
Papadopulos, indicó que la albúmina es una proteína en la yema que, si no se descompone correctamente, puede obstruir el sistema linfático. Esta obstrucción impide la adecuada eliminación de toxinas, favoreciendo brotes de acné en el rostro, especialmente en las mejillas.
Aunque la albúmina es nutritiva, su consumo excesivo podría aumentar la acumulación de toxinas, lo que afecta el aspecto de la piel y predispone a reacciones inflamatorias que pueden convertirse en acné en personas sensibles.
Asimismo, Vargas expresó a La República que, "el huevo tiene alta fuente de yodo, y albúmina, que estos obviamente van a contribuir a la formación de hormonas en el organismo, y estos a su vez van a generar, quieren generarte la aparición de brotes de acné".
Sí, se recomienda reducir el consumo de huevo, particularmente de la yema, en personas con tendencia al acné. La alta cantidad de grasas en la yema podría exacerbar la producción de sebo en la piel, contribuyendo al desarrollo de brotes, expresó la nutricionista.
Para quienes tienen piel sensible, incluso cantidades moderadas de huevo pueden estimular la actividad de las glándulas sebáceas, intensificando la formación de acné. Reducir su consumo o buscar alternativas es una estrategia útil para quienes buscan mejorar su piel.
Proteínas como el tarwi y la quinoa ofrecen nutrientes sin desencadenar brotes de acné. Foto: difusión
La especialista señaló que algunas proteínas vegetales son ideales para quienes buscan cuidar su piel. El tarwi es un alimento que provee proteína completa sin gluten, ayudando a estabilizar el índice glucémico sin estimular la producción de sebo. La quinoa y la kiwicha son otros buenos sustitutos, aportan aminoácidos esenciales, fibra y vitaminas del complejo B, todos elementos beneficiosos para la salud de la piel.
Sí, varios estudios sugieren que el consumo excesivo de huevo, especialmente de la yema, puede estar asociado a un incremento en la producción de sebo en la piel, lo cual facilita la aparición de acné. La presencia de albúmina en la yema, al ser consumidas en exceso, puede influir en la inflamación de las glándulas sebáceas. Estos estudios refuerzan la recomendación de moderar el consumo de huevo en quienes buscan mejorar la apariencia de su piel.
El consumo excesivo de huevo puede contribuir a la obstrucción de poros, facilitando el acné. Foto: difusión
Consumir un huevo al día es seguro para la mayoría de las personas y puede ofrecer diversos beneficios, como mejorar la composición corporal y reducir el índice de masa corporal (IMC).
De acuerdo con especialistas de la Universidad de Castilla, el consumo de huevos se relaciona con un incremento en la masa magra (peso corporal excluyendo las grasas), lo cual puede ser beneficioso para el control del peso y la salud metabólica.
Por otro lado, la dermatóloga Jenny Vargas, comentó que las personas que no suelen practicar deporte deberían consumir menos de 4 huevos a la semana. "Por ejemplo, dos o tres huevos por semana, o sea, no habría ningún problema. Estamos hablando de uno o dos huevos por ingesta".