Un reciente estudio revela que el estrés hormético puede fortalecer la capacidad para soportar el estrés crónico, es decir, prácticas como el calor, el ejercicio, y la restricción dietética.
Elissa Epel, profesora del departamento de psiquiatría de la Universidad de California en San Francisco, declaró a The Washington Post que el estrés hormético puede ayudarnos a sobrellevar el estrés emocional.
“Las prácticas crean picos de estrés biológico a corto plazo seguidos de recuperación, facilidad y restauración profunda y eso es difícil de lograr de otro modo”, sostuvo la experta en diálogo con The Washington Post.
Así, dosificarse con ráfagas de presión puede ayudar al cuerpo y a la mente a sobrellevar períodos difíciles en el trabajo y en el hogar. El entrenamiento de intervalos de alta intensidad, o HIIT, que aumenta y disminuye el ritmo cardíaco, es el estresor hormético más familiar. Otras actividades horméticas que inducen estrés incluyen duchas frías o baños de hielo y saunas calientes.
Según el diario estadounidense, la práctica está ganando más atención ahora que las personas lidian con las consecuencias en salud mental de la pandemia y los científicos continúan obteniendo una mejor comprensión de nuestras conexiones mente-cuerpo.
Por ejemplo, la orientación sobre la exposición al frío es menos precisa. Este aumenta la tasa metabólica, hace que los vasos sanguíneos se contraigan y hace que el corazón trabaje un poco más, básicamente ejercitando el sistema cardiovascular, dicen los científicos de la Universidad de Columbia Británica.
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