Tras casi dos años de haber sido alejados de las aulas debido al inicio de la pandemia por la COVID-19, las y los estudiantes de inicial, primaria y secundaria vienen más recargados que nunca a retomar sus clases presenciales en marzo de 2022.
Por ello, no solo es importante proporcionarles materiales escolares adecuados para desarrollar sus actividades curriculares, sino que también es necesario fomentar una alimentación saludable que pueda brindarles todos los nutrientes necesarios para rendir en su centro educativo.
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En tanto, el Ministerio de Educación (Minedu) publicó el documento normativo “Disposiciones para el retorno a la presencialidad para el año escolar 2022, en el marco de la COVID-19″. Allí, el sector liderado por Rosendo Serna sostiene que los alumnos sí podrán consumir los alimentos que traigan de sus casas; no obstante, kioskos, cafeterías y comedores escolares se mantendrán cerrados y sin ofrecer sus servicios durante la emergencia sanitaria.
María Teresa Zumarán, nutricionista de la Clínica Ricardo Palma, recomendó a padres y madres de familia que en la lonchera del menor se encuentren los tres grupos de alimentos nutritivos para su crecimiento y desarrollo:
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En esa línea, también es importante procurar una hidratación adecuada al estudiante. “Para ello se recomienda bebidas naturales”, sostuvo Zumarán.
Consideradas como ‘grasas buenas’, se encuentran en las aceitunas, que se ofrecen de acuerdo al peso y talla del menor. También incluyen los frutos secos: almendras, nueces y pecanas. “Eso es bueno para el cerebro y evitar la colesterol y estreñinimiento. Si no le gusta los frutos secos, puede ser mantequilla vegana”, recomendó.
“Las loncheras tienen que ser atractivas en colores, en texturas, en formas y sabores para que le provoque al niño y la consuma”, precisó María Teresa Zumarán.
En el caso de las bebidas, si no le gusta alguna o si llega en mal estado debido al calor “enviar solamente agua en un tomatodo para que se hidrate y ya en casa toma (...) su refresco de fruta natural”.
En dialogo con La República, la doctora de la Clínica Ricardo Palma aseveró que, si el padre de familia envía una lonchera que tiene exceso de azúcar y grasas no solo involucra el peso de su niño, sino que luego sube el colesterol o la glucosa y más adelante hay riesgo de hígado graso u obesidad.
“Tampoco darles galletas, piqueos o refrescos azucarados porque el consumo de forma continua no solo afecta el peso, sino que puede ser que el niño siga delgado, pero puede acarrear otras enfermedades”, puntualizó.
Según María Teresa Zumarán, especialista en nutrición, “yo les recomendaría que primero identifiquen cuáles son esos grupos de alimentos para armar la lonchera y en base a ellos preguntarles a los niños qué les gustaría comer”.
Una de las ventajas de involucrar al niño en la preparación de sus alimentos es “que te aseguras de que sí lo va a comer”, así como también “de que tengan energías y fuerzas hasta las últimas horas de clase”, mencionó Zumarán.
En esa línea, los ingredientes tienen que ser saludables y naturales para que sumen al organismo. “Si los alimentos son ultra procesados lo está llenando (al niño), pero no lo está nutriendo adecuadamente”, replicó.
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Según mencionó María Teresa Zumarán, a raíz de una mala alimentación, el estudiante puede padecer a largo plazo “obesidad, diabetes, hipertensión, hígado graso o problemas cardiovasculares, como el colesterol, triglicéridos”, entre otros males.
La experta en nutrición sostuvo: “Yo recomiendo a los padres que, así como tienen sus chequeos preventivos una vez al año, también acudan al nutricionista para ver cómo está el peso, si está bien de acuerdo a la talla y también preguntarle a los chicos cómo se alimentan para ver qué cositas hay que corregir o mejorar”, sentenció.
En caso se necesite elaborar un plan nutricional adecuado exclusivamente para el menor en base a sus necesidades, “con el apoyo de un profesional se puede armar algo rico, variado y equilibrado para que no afecte en el crecimiento y desarrollo del menor”, detalló la experta.
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Si bien es necesario consumir alimentos que procuren nutrientes a nuestro organismo, es recomendable realizar actividad física al menos durante 30 minutos, mínimo tres veces a la semana o 150 minutos semanales, tanto para personas adultas y menores. “A veces lo chicos se sienten más comprometidos cuando los padres comparten ese momento de salir a caminar, ir al parque”, puntualizó Zumarán.