Puno. Cuando Ulises Solís, gerente general de Macusani Yellowcake, empresa que tiene concesiones en Carabaya, donde se hallaron reservas de litio y uranio, escuchó a Pedro Castillo Terrones plantear la nacionalización de los recursos naturales, tuvo el temor de que eso ocurra con el proyecto que dirige actualmente. Para prevenir cualquier contratiempo inició gestiones para reunirse con el jefe de Estado.
De acuerdo a información del Ministerio Público, en setiembre de 2021, Ulises Solís recurrió a Segundo Alejandro Sánchez Sánchez, dueño de la casa de Sarratea, donde el jefe de Estado despachaba. Solís solicitó reunirse con el primer mandatario y para ello tuvo reuniones de coordinación con Sánchez, en las que también estaba Gian Marco Castillo Gómez, sobrino de Pedro Castillo.
Las gestiones de Sánchez y el sobrino del presidente dieron sus frutos. El encuentro entre Solís y Pedro Castillo se concretó la tarde del 16 de setiembre en Palacio de Gobierno, de acuerdo a la versión del propio Ulises Solís. Según el documento fiscal, en la reunión, los empresarios buscaban obtener algún trámite vinculado con las concesiones mineras.
En declaraciones para La República, el propio gerente general de Macusani Yellowcake señaló que no tiene por qué negar que conoció a Sánchez y Gian Marco Castillo para conseguir una reunión con Pedro Castillo. Es más, precisó que hubo una segunda cita con el jefe de Estado, esta vez en Nueva York (Estados Unidos), hasta donde viajó Pedro Castillo para asistir a la Asamblea de las Naciones Unidas. En dicha oportunidad, además del primer mandatario, estuvieron Solís y sus socios extranjeros Simón Clarke y Mike Klohber.
Solís aceptó que los encuentros con el presidente no formaron parte del conducto regular, pero justificó sus acciones al decir que “cada uno busca cómo obtener la tranquilidad de seguir haciendo inversiones”. Para el empresario, lo que hizo no es lobby, sino “gestión empresarial”.
Asimismo, Solís sostuvo que por la gestión que realizó Segundo Sánchez, este se ofreció para venderle casas contraplacadas para campamentos mineros. “Cuando me ofreció estas casas prefabricadas, le dije que no era el momento; pero (le dijo después) ‘más adelante, cuando entremos en explotación, serás el número uno’”, señaló.