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Política

Elecciones 2022: alcaldes de Arequipa llegan al poder con poca aceptación

Legitimidad. En medio de una multitud de candidatos, varias autoridades llegan al poder con el 20% al 25% de votación. Se advierte que ciudadanía se sentirá poco representada.

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Poco apoyo. Próximo alcalde de Arequipa Víctor Hugo Rivera tuvo 15.83 % de votos válidos. Foto: Rodrigo Talavera/ LR

Los últimos comicios municipales en Arequipa, dejaron nuevamente un saldo de varias autoridades que no sobrepasaron la cuarta parte de aceptación de su electorado. Pero con eso les basta, según la normativa vigente, para sentarse en el sillón edil por los siguientes cuatro años. No obstante, se advierte un problema de legitimidad desde el inicio, con población que no se sentirá representada por su alcalde.

El sociólogo y analista político Alipio Montes, señala que mientras no exista una verdadera reforma política, se seguirá repitiendo el fenómeno de variedad de candidatos que gana con poca aceptación. Por ejemplo, en la provincia de Arequipa, Víctor Hugo Rivera, ganó con un 13.365 % de los votos emitidos (15.831 % de votos válidos). El exárbitro Fifa compitió con otros 16 candidatos.

Montes explica que, con las bajas votaciones, el resto de la población no se sentirá representada por la nueva autoridad. El riesgo, la falta de liderazgo en para convocar a diferentes sectores para proyectos de desarrollo, limitándose a ser un inaugurador de obras. Incluso la falta de aceptación, restaría voz a la autoridad para ser interlocutora en la remediación de conflictos. Aunque el sociólogo remarca que esa legitimidad se puede construir en el camino.

Montes recordó que esta falta de legitimidad se agravaba con la antigua normativa de revocatoria, pues los alcaldes de baja votación eran cuestionados ni bien se sentaban en el sillón. Sin embargo, ahora el proceso se activa recién al tercer año de mandato.

Periodo de gracia

El virtual alcalde provincial de Arequipa, Víctor Hugo Rivera, refirió que será un reto para las próximas autoridades construir confianza en base a sus bajas votaciones. Opina que esto se logrará cumpliendo lo ofrecido en campaña y conformando un equipo de trabajo capacitado.

Empero, Rivera también pidió un periodo de gracia de 100 días, para poder generar ese clima de confianza. “Tenemos que tener un tiempo de tranquilidad para poder demostrar lo que estamos haciendo, y le pediría a los medios periodísticos que nos den una tregua para poder demostrar lo que vamos a hacer en los primeros 100 días y de allí ya vendría la crítica”.

Rivera añadió que él esperaba ser electo con una votación mayor al 20%, pero dice que la “campaña sucia” en el último tramo del proceso le restó votación.

Realidad similar

El resto de alcaldes provinciales del departamento de Arequipa, tampoco gozaron de gran aceptación. En Caylloma, Alfonso Mamani se impuso con 16.746%. de los votos emitidos. En Islay Richard Ale ganó con 20.684 % y Roberto Soto en Caravelí con solo 20.551%.

Otros mejoraron su aceptación, pero sin superar el 30%. En Castilla Renzo Pastor ganó con 26.002%, en La Unión Alfonso Chipana lo hizo con 26.677%, en Camaná Jaime Mamani con 27.442% y en Condesuyos Edwar Urday con 28.043%.

De los 28 alcaldes distritales de la provincia de Arequipa, 20 no superaron el 25% de apoyo. En las antípodas, Esmelin Pacheco logró la alcaldía de Santa Isabel de Siguas con 51.084% de votos a favor. Vale precisar que, en esta jurisdicción, solo hubo tres listas en carrera.

Se necesita reforma política

Para Montes, este resultado se viene repitiendo por varios periodos, pues la ley lo permite. “Así muchos candidatos son electos sin llegar ni a la quinta parte de votos. El resultado son alcaldes sin el peso para desarrollar un programa que sea aceptado por la mayoría. O en caso de intermediar en un conflicto, un alcalde que casi vive al margen de la población no será aceptado”.

Para el analista, una salida podría ser una segunda vuelta, pero de todas maneras se tratarán de votos prestados. Mientras no se haga una verdadera reforma, siempre vamos a tener autoridades muy débiles.