Las principales empresas del holding que controla la agrupación religiosa católica Sodalicio de Vida Cristiana se iniciaron con modestísimos capitales y luego experimentaron crecimientos económicos exponenciales, de acuerdo con un análisis que hizo La República de aproximadamente 2.000 folios de las partidas de estas compañías, que se encuentran en la base de datos de la Superintendencia Nacional de Registros Públicos (Sunarp).
La búsqueda no fue al azar. La indagación de este periódico se concentró en las empresas del Sodalicio que fueron nombradas por resolución de la fiscal especializada en lavado de activos Manuela Villar Ramírez, el 21 de abril de este año. Villar encontró suficientes elementos para establecer el origen de los millones de fondos que administra la organización religiosa, que también enfrenta acusaciones de abusos perversos y violaciones sexuales por parte de sus autoridades.
Precisamente, como informó La República, uno de los testigos claves del caso, F.N.P., quien trabajó como secretario de uno de los personajes fundamentales en la investigación fiscal, el arzobispo de Piura, José Antonio Eguren, declaró que empresas del Sodalicio estaban implicadas en la invasión y despojo de terrenos de comunidades campesinas, con el respaldo de organizaciones criminales.
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El testigo F.N.P. mencionó a la Fiscalía que Eguren mantenía fluida comunicación y reuniones frecuentes con dos personajes señalados como los responsables de las finanzas del Sodalicio, Jaime Baertl Gómez y Juan Carlos Len Álvarez.
Durante la revisión de las partidas de las empresas bajo sospecha de lavado de activos, este diario halló que en todas se encuentra relacionado Juan Carlos Len Álvarez, un laico que se ha consagrado al Sodalicio mediante un “Compromiso a Plena Disponibilidad Apostólica a Perpetuidad”. Es un soldado sodálite al completo.
El testigo F.N.P. no solo mencionó quiénes eran los principales operadores financieros del Sodalicio, sino también identificó a las empresas que empleaban para generar riqueza, como Inversiones San José, Agrícola San José y Agrícola José Juan, que son parte del caso por lavado de activos.
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De acuerdo con los archivos de Sunarp, Inversiones San José, el principal holding del Sodalicio, lo fundó Juan Carlos Len Álvarez en 1987 con un capital de 20.000 intis, un equivalente a US$2 de la época. Para el 2018, la misma empresa registró un aumento por S/100 millones luego de que otras compañías sodálites, Agrícola San José y Agrícola Santa Regina, inyectaran dinero. Inversiones San José reportó la última vez un capital de S/135 millones.
Este tipo de crecimiento exponencial de Inversiones San José no es una excepción, sino la regla entre los negocios de las compañías del Sodalicio, en particular las manejadas por Juan Carlos Len Álvarez y Jaime Baertl Gómez.
Cuando le preguntaron en la Fiscalía al testigo F.N.P. sobre los responsables de las finanzas en el Sodalicio, no dudó en mencionarlo porque lo había visto con sus propios ojos: “Había dos personas en concreto que manejaban lo económico y era de conocimiento de todos, no había que buscar una prueba. Eran Jaime Baertl, quien lideraba todo esto, y Juan Carlos Len, quien cumplía un cargo más administrativo, más intelectual, y manejaba los recursos, las cuentas. Sabía lo que había detrás. (...) “Jaime Baertl y Juan Carlos Len eran las personas que tenían el poder económico absoluto”.
Sin embargo, del análisis de las partidas del holding de compañías del Sodalicio de Vida Cristiana, Jaime Baertl Gómez no aparece como apoderado de las empresas, sino Juan Carlos Len Álvarez.
Alma Minerals Perú, empresa especializada en extracción de minerales, es otra de las investigadas por la Fiscalía por lavado de activos.
Formada en 2007 por Luis Baertl Jourde, primo de Jaime Baertl Gómez, llegó prontó a manos del grupo religioso. Al año siguiente, Juan Carlos Len Álvarez se convirtió en apoderado de la compañía para involucrar a la organización en la industria minera. De un capital inicial de S/1.000 pasó a S/10 millones en 2015. Aparentemente, desde entonces, no registra actividad económica. Sin embargo, como se verá más adelante, Alma Minerals Perú está mezclada en una trama de ‘off shores’ para, presuntamente, sacar dinero del país.
En el caso de Agrícola Santa Regina, fue registrada en 2014 con un capital de S/400. Al cabo de cuatro años, Juan Carlos Len Álvarez obtuvo los poderes de la agrícola. La recibió con un capital de S/30 millones. Antes de que la empresa fuera disuelta, su capital sumaba S/568 millones. Impresionante.
Como se mencionó, Agrícola San José inyectó dinero en Agrícola Santa Regina, pero también a Agrícola José Juan, otra de las compañías sodálites bajo investigación fiscal por lavado de activos.
Agrícola José Juan inició con un capital de S/10 mil en 2008, bajo el mando de Juan Carlos Len Álvarez. Después de la fusión con Agrícola San José, en 2018, la cifra subió a S/51 millones.
Según Sunarp, Agrícola José Juan consignó por última vez un capital de S/43 millones.
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La financiera IMP Investment, accionista de Inversiones San José, también está en el radar la Fiscalía Especializada en Lavado de Activos. Al igual que las anteriores, experimentó un explosivo incremento de sus capitales.
Arrancó en 2016 con S/10.000, una suma que tres años después saltó a S/87 millones. En 2021, Juan Carlos Len Álvarez se convirtió en apoderado de la compañía financiera, confirmándose la presencia del Sodalicio.
Estos datos ratifican lo que el testigo clave F.N.P. declaró a la Fiscalía: que Juan Carlos Len Álvarez estaba totalmente involucrado en los asuntos económicos del Sodalicio y era el vínculo entre las empresas y la organización religiosa.
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En algunos casos, Len se encargó de registrar las empresas, en otras aparece inscrito y en casi todas figura como accionista y miembro del directorio.
Como es de conocimiento público, en el 25 y 30 de julio de este año, llegó a la capital una misión del papa Francisco para investigar los abusos del Sodalicio. Pero, según fuentes relacionadas con el caso, el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y el sacerdote español Jordi Bertomeu también se interesaron en las finanzas de la organización religiosa. Sin duda, Scicluna y Bertomeu tenían millones de razones para hacerlo.
Juan Carlos Len Álvarez y Jaime Baertl Gómez aparecen relacionados con el manejo de empresas ‘off shore’ en Panamá e Islas Vírgenes Británicas del Sodalicio, según reportó la plataforma de investigación periodística Convoca.pe.
Como parte de la investigación global Pandora Papers, basada en información del estudio de abogados panameño alemán, Cordero y Galindo (Alcogal), Convoca.pe detectó que las compañías ‘off shore’ Alma Minerals Limited y Providential Group tienen vínculos con Alma Minerals Perú e Inversiones San José, que son parte del holding del Sodalicio.
Los nombres descubiertos son los sodálites Juan Carlos Len Álvarez y Carlos Neuenschwander Sahurie, y Luis Baertl Jourde, primo del sodálite Jaime Baertl. Todos investigados por la Fiscalía de Lavado.
Registros de las empresas Agrícola Santa Regina y San José.