En la última edición de Hildebrandt en sus Trece, de este viernes 21 de julio, César Hildebrandt indicó que el Gobierno de la presidenta de la República, Dina Boluarte, "no tiene legitimidad social". En esa línea, se manifestó acerca de las protestas que se llevaron a cabo en diferentes partes del país para exigir la renuncia de la jefa de Estado y el cierre del Congreso de la República.
"Lima no se tomó y, en general, la protesta se hizo sentir pacíficamente a nivel nacional. Pero más allá de masas y desplazamientos, de pancartas y enfrentamientos, lo real es que este es un Gobierno cuya lideresa tiene el rechazo del 80% de la población y cuyo socio tutelar, el Congreso, merece el repudio del 92% de la gente", indicó Hildebrandt en el semanario.
Asimismo, consideró que las encuestas son manifestaciones "silenciosas y cotidianas" y que los resultados de dicha herramienta de investigación cuantitativa "coinciden" en que el Gobierno de Boluarte Zegarra es "repudiado".
"Si las encuestas se tradujeran en multitudes, las calles y avenidas de Lima y el interior estallarían de gente de todos los colores. Quienes no estarían serían los que se creen dueños del país. Ellos y sus sirvientes. Este ejército de charlatanes y canallas sabe que miente cuando dice que el terrorismo está detrás del descontento", manifestó el periodista.
Además, indicó que la actual gestión de Boluarte debería estar enfocada a la convocatoria de nuevas elecciones generales y señaló que la presidenta cuenta con el respaldo de varios parlamentarios que quieren "quedarse para seguir medrando y destruyendo instituciones". En esa línea, consideró que la mandataria, tras la salida de Pedro Castillo, "se quedó para cumplir con la agenda de quienes habían perdido la elección del 2021".
"Ahora hay un gobierno que cumple el programa que una escueta mayoría rechazó hace dos años", añadió.
Hildebrandt también dijo que "Boluarte preside un régimen que es, en sí mismo, un golpe de Estado y que ha surgido de un neto acto de usurpación política", debido a que fue la vicepresidenta de un Gobierno de izquierda "derrocado por robar e intentar dar un golpe de Estado". Por último, precisó que, ante la crisis política, la economía decrece y la pobreza aumenta.