Álvaro Henzler, vocero de Coalición Ciudadana
Ayer, Pedro Castillo perpetuó un golpe de Estado. Tuvo un inmediato rechazo institucional y ciudadano. Se ha restablecido el orden democrático con una sucesión presidencial.
Este desenlace ¿resuelve nuestra crisis política? De ninguna manera. Solo es un nuevo escenario para comenzar un largo, complejo e incierto proceso para recuperar el Estado en favor de la ciudadana. “Se ha reseteado el país; pero seguimos con el mismo hardware y el mismo software”, se comentó ayer en reunión de Coalición Ciudadana. Las causas estructurales que explican nuestra permanente crisis en el último lustro siguen intactas. La salida de Pedro Castillo y la entrada de la presidenta Dina Boluarte están muy lejos de ser la solución a nuestra debacle democrática.
Más bien, sí genera ciertas condiciones para arrancar con convicción un esfuerzo nacional de espíritu dialogante y reformista de amplia y diversa base ciudadana, empresarial y política para consensuar, aprobar e implementar las reformas constitucionales y legales urgentes e indispensables para recuperar la política.
Gardenia Jiménez, presidenta del Consejo Nacional de Colegios Profesionales
Ante el quiebre del Estado de derecho y al evitarse el golpe de Estado con la aprobación de la vacancia presidencial en el Congreso y la sucesión presidencial conforme a lo previsto en la Constitución, se ha restituido la democracia mediante la juramentación de Dina Boluarte como presidenta de la República, con el respaldo de los principales poderes del Estado. Este período debe ser de transición para restablecer la institucionalidad vulnerada.
Por la crisis política, económica, moral y social, se requiere un gobierno del más amplio consenso, capaz de restablecer el principio de autoridad y generar confianza en todos los sectores.
Las organizaciones políticas, profesionales, civiles, sindicales y ciudadanía debemos mantenernos unidos y vigilantes. La crisis no ha acabado, pero esta es una oportunidad para que avancemos a respetar el cumplimiento de la democracia, de las normas constitucionales, recuperar el tiempo perdido, frenar la corrupción, generar escenarios sostenibles para recuperar el empleo que demandan millones de peruanos.
PUEDES VER: Recuerdo del autogolpe fujimorista de 1992
Irma Ganoza, presidenta de la Asociación Nacional de Centros
Rechazamos el golpe, pero preocupa que esa acción de Castillo deje como defensores de la democracia a un grupo corrupto enquistado en el Congreso, que es corresponsable de la crisis desde el principio y que ha puesto en otras instituciones tutelares a gente vinculada a ellos, lo que complica un cambio.
Esperamos que puedan darse reformas políticas mínimas, pero también reformas programáticas que cambien en algo la situación social y económica, que permitan mejorar condiciones de los más vulnerados.
Tendríamos algo de esperanza después del mensaje de Dina Boluarte; a ver si consigue hacer un gobierno de ancha base, si va a poder luchar contra la corrupción y si es posible que pueda impulsar las reformas mínimas que se necesitan para no ir a un proceso de adelanto de elecciones o constituyente sin la posibilidad de tener actores políticos diferentes y con propuestas que permitan cerrar las brechas que tenemos. Esperemos que su voluntad esté en eso, pero fundamentalmente, ya que es la primera mujer presidenta, que defienda los derechos que Congreso y Ejecutivo nos han ido quitando.
Samuel Rotta, director ejecutivo de Proética
La vacancia del golpista Castillo y la juramentación de Dina Boluarte resuelven la crisis política en lo superficial, pero está lejos de ofrecer una salida real. No olvidemos que, en el fondo, se tiene una confrontación de múltiples redes por controlar parcelas de recursos públicos y facilitar negocios ilícitos.
En esa línea, ha sido importante que durante su primer mensaje público la nueva presidenta haya mencionado que va a combatir la corrupción. Sin embargo, el enfoque punitivo que privilegió es necesario pero insuficiente en situaciones de corrupción sistémica, pues los castigos demoran, no disuaden y nuevos corruptos suelen llenar los vacíos dejados por los corruptos removidos.
Por ello, más allá de impulsar el adelanto de elecciones generales con reformas, en lo inmediato debe garantizar que no se siga deteriorando el servicio público, asegurar la implementación de reglas de transparencia, en particular sobre conflictos de intereses, y anunciar una reforma del sistema de contrataciones del Estado, entre otras medidas preventivas.
PUEDES VER: Manuel Rodríguez Cuadros: “Una de las tareas de Dina Boluarte debe ser establecer un diálogo nacional”
Iván Lanegra, secretario general de Transparencia
Las investigaciones a cargo del Ministerio Público mostraron a un Pedro Castillo rodeado de personas ineptas y corruptas, sin estrategia ni capacidades. En suma, un Gobierno precario y profundamente débil, sin ancla con la realidad, sin alianzas eficaces e incapaz de ofrecerle al país un mínimo de norte. El burdo intento de golpe de Estado, con un anuncio de disolución del Congreso, y sus penosos resultados son consistentes con ese lamentable cuadro.
El Gobierno de Dina Boluarte inicia con retos de distinto tiempo y complejidad. Algunos de estos, como la necesidad de recomponer el Gobierno, con un mínimo de idoneidad e integridad, es una tarea prioritaria. Luego está la construcción de relaciones con un Poder Legislativo tan fragmentado y enfocado en intereses de corto plazo, así como la atención de la urgente agenda de las reformas políticas. Todo esto con un Estado con poca capacidad de respuesta a las expectativas de la ciudadanía. Definir objetivos de política consistentes con las demandas nacionales será un punto de apoyo indispensable.
Natalia González, directora general del IEP
Las instituciones han estado a la altura de la crisis. Resalto el papel de Fuerzas Armadas, Poder Judicial, Fiscalía, Tribunal Constitucional, Defensoría del Pueblo a favor de conservar el orden democrático. La crisis siguió caminos de la institucionalidad.
Este intento de golpe nos muestra el límite que tenía el Gobierno, donde su inacción para atender a los más vulnerables y los indicios de corrupción ya no daban para más. Castillo, sin mucha pericia política y asesorado por un nefasto Aníbal Torres, dio un paso de “morir matando”.
Castillo mantenía un 31% de respaldo debido a un reclamo de una mayor atención del Estado de parte de un sector que por primera vez llegaba al poder y que esperaba que se atendieran sus problemas urgentes y cotidianos. El nuevo Gobierno debe permitir la representación de todas las fuerzas y tener un gabinete de gente con experiencia, que pueda gestionar y atender la demanda de los más vulnerables.
Ha cambiado el Ejecutivo, pero este Congreso cuestionado sigue y con él hay que gobernar. Eso requerirá mucha pericia y trabajo político del actual Ejecutivo.