Profesor del Departamento de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)Gonzalo Portocarrero., Francesca García D. Sociólogo, investigador y notable catedrático universitario, reflexiona sobre las propuestas del Ejecutivo para frenar la incursión de grupos totalitarios y considera que la principal fuerza que enfrente al terrorismo debe nacer de la sociedad civil. Opina que los peruanos debemos asumir nuestra historia. ¿Comparte el optimismo del Ejecutivo sobre las acciones legales anunciadas para hacer frente al terrorismo? Creo que se trata de una iniciativa que pretende reforzar lo que debe ser hecho por la sociedad civil, como la Marcha por la paz del martes. Creo que las ideas deben combatirse con ideas, no con medidas represivas. Este tipo de medidas me parecen adecuadas, pero creo que no debería ser el centro de la lucha contra la tentación totalitaria que existe en la sociedad peruana. ¿Qué sectores de la sociedad civil deben encabezar estos esfuerzos... universidades, partidos políticos? Exactamente, las universidades, los partidos políticos. En general, de todas las personas que tengan la capacidad de pensar por sí mismas y que se opongan al fanatismo y rechacen el discurso totalitario que reaparece recargado. ¿Cree que este miedo deriva de la tendencia de los peruanos a olvidar y no asumir directamente nuestra historia? Claro. Si comprendiéramos la historia no tendríamos tanto miedo, tendríamos más argumentos para oponernos a estas ideas pero, al contrario, tenemos miedo, no tenemos muchos argumentos y entonces surge la tentación de oponerse de una manera represiva al debate. Inclusive estas medidas pueden ser un pretexto para totalizar cualquier opinión distinta, que pueden ir contra la libertad de expresión, con medidas legales, como la ley del negacionismo. Usted que es docente universitario y convive con la realidad estudiantil, ¿qué factores advierte que podrían ser el caldo de cultivo para que las aulas sean nuevamente presas de grupos extremistas como lo representa hoy Movadef? La estrategia del Movadef apunta a dos grupos: los grupos culturosos de muchachos inquietos que ignoran el pasado, que se sienten defrauda dos del presente y aspiran a cambios; y el segundo, el de los grupos de estudiantes más pobres que no tienen mayores oportunidades, llevan una carrera con mayores obstáculos. El Movadef se fija entonces en los comedores donde precisamente acuden los muchachos con este perfil, e intentan acercarse a ellos encabezando sus luchas. Mencionó la Ley del Negacionismo, el Ejecutivo la anunció muy auspiciosamente, ¿qué opina sobre la propuesta? Me parece que trata de suplantar la función que debe ser asumida por la sociedad civil, además que se refiere solamente a la gente del Movadef pero no viene a sancionar a las personas que no reconocen que las Fuerzas Armadas cometieron ciertos excesos. Es una ley que puede prestarse a recortar la libertad de expresión, bastante difícil de definir. ¿Cuál es el equilibrio que se debe buscar para contar con leyes efectivas que ayuden a luchar contra el terrorismo desde el ámbito legal y evitar, a la vez, el recorte de libertades? Estoy absolutamente de acuerdo con que el Movadef no sea reconocido como movimiento político, porque no hay un arrepentimiento o pedido de perdón con lo que podría examinarse su situación; y pretender inscribirse en la legalidad democrática sin haber hecho una autocrítica, es totalmente improcedente. Siguen apelando al "pensamiento Gonzalo", que está basado en la violencia. Entonces me parece bien que se le niegue ese pedido al Movadef. ¿Y la lucha ideológica es un deber que pesa sobre los partidos políticos? Desgraciadamente, los partidos políticos tienen una presencia reducidísima en la sociedad actualmente, son fenómenos ocasionales que tienen que ver con temporadas electorales, por eso la tarea corre a cargo de sectores como las universidades y los medios de comunicación. Cada vez que el Movadef sale al debate, sale perdiendo. Cuando uno pregunta por su posición, deja en evidencia su fanatismo y no tiene qué decir. Y cuando sale a la luz pública, queda claro que lo único que hace es lanzar consignas, agredir o adjetivar. El premier Juan José Jiménez ha reiterado la propuesta ante el Ministerio de Educación para incluir lo que significó el terrorismo en los textos escolares. Hace algún tiempo hubo un debate sobre qué mencionar y qué no, ¿qué recomendaría? El Perú debe enfrentar su pasado y este enfrentamiento debe ocurrir también en las aulas escolares. La verdad tiene que llevar a un camino de esperanza que nos aleje de un camino de una violencia delirante. Frente a esta amenaza, el Estado responde con una reflexión cruenta con respecto a los derechos humanos. Queremos enfrentar la verdad, en la línea de lo señalado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Para estar mucho más preparados para enfrentar cualquier prédica basada en el odio.