Para envalentonarse y llenarse de ánimo y así seguir su camino, el suboficial Luis Astuquillca piensa en sus ídolos, los instructores de la Dinoes y en el delantero y goleador del club victoriano Alianza Lima José "Zlatan" Fernández.Martes 24 de abril.,Astuquillca: “Recordé a mi instructor decir: El que no aguanta el dolor ¡no es un Dinoes!”, En el decimotercer día en la selva cusqueña, Astuquillca destaca las lecciones que aprendió durante los cursos de sobrevivencia en la Dinoes . Varios compañeros de promoción no pudieron aprobar los exámenes, otros simplemente regresaron a sus casas. En su caso, superó todas las pruebas y ahora que enfrenta una situación extrema, aplica lo aprendido. Por eso confía en que resistirá hasta alcanzar su objetivo de salir sano y salvo de la selva. Hoy amanecí con el ánimo en alto. Esta vez los plátanos no me hicieron daño. Dormí bien. No tuve pesadillas . Me levanté decidido a todo. El miedo y la angustia, me dije, no me vencerían. De modo que salí a buscar a los helicópteros que, se suponía, me andaban buscando. Había pasado de todo. Hasta de la muerte me había salvado... por ahora. Acopié fuerzas y salí adelante. Aunque me sangraba la pierna herida, el codo me punzaba como los mil diablos y las plantas de los pies me quemaban por las ampollas, continué. Era como andar descalzo sobre carbón ardiente. Pero era mi obligación cumplir con el objetivo. Salir con vida del hocico de la selva . Comiendo sal y hongos de los árboles, caminé y caminé durante siete horas seguidas hacia el monte, con mis viejos borceguíes, sin calcetines, por que los que yo tenía se los puse a mi querido " Camachín ", el suboficial César Vilca Vega . Vilca. Aún tengo su rostro en mi mente. Nunca podré olvidar lo que viví con Vilca. Siempre diré lo valiente que fue, el gran compañero que fue, el buen policía que fue. "Camachín" Vilca, inolvidable. Al llegar hasta una pampita quedé sentado a la espera de un helicóptero . Me quité los borceguíes y me revisé los pies. Daban pena. El esfuerzo que hice al subir y bajar del techo de la casa donde estuve por última vez abrió más mis heridas en la pierna y el codo. No tenía cómo curarme, solo me quedaba aguantar. Como decía mi superior Condolo, un veterano instructor de la Dirección Nacional de Operaciones Especiales ( Dinoes ): “El que no aguanta el dolor es un cobarde. ¡No es un Dinoes!". Eso nos decía en cada entrenamiento. PELOTERO EN LA SELVA El curso de sobrevivencia en la Dinoes es muy fuerte. Hay que tener huevos para hacerlo. Cualquiera no es un Dinoes. He visto muchos compañeros de la promoción que se retiraban o eran expulsados del curso porque no aguantaban. Los instructores son exigentes. Tienes que demostrar tu agilidad, destreza e inteligencia. Por eso me inscribí en el curso contraterrorista. Estoy preparado para todo . Ahora que estoy solo en la selva, ante la eventualidad de que me encuentren los terroristas tengo que aplicar todo lo que me enseñaron, todo lo que aprendí, especialmente la experiencia que tuve en el Huallaga cuando me mandaron de comisión para darles seguridad a los erradicadores de hoja de coca . A pesar de mi juventud, he aprendido las lecciones de mis viejos instructores de la Dinoes. Por eso hasta el día de hoy he podido sobrevivir en el corazón de la selva. Siempre he sido hábil y rápido para actuar. Recuerdo que mi papá me decía que tenía toda la destreza del futbolista José "Zlatan" Fernández , delantero y goleador de Alianza Lima. "Zlatan" es ágil, fuerte y guerrero. Siempre lucha la pelota, no se deja vencer fácilmente. Tampoco le gusta perder. Por eso es mi jugador favorito. Lo dice un pelotero como yo. Además, los somos de tauro. Él es del 14 de mayo y yo del 11. Esperé, esperé y esperé la llegada de un helicóptero. No pasó nada. El clima iba cambiando y corría mucho viento, lo que significaba que llovería toda la noche. De pronto gruesas gotas comenzaron caer. Tuve que bajar hacia la casa. No puedo negar que estaba decepcionado. Fue otro triste día sin ver un helicóptero . QUÉ PASABA EN EL PAÍS Padres de Astuquillca y Vilca en Kiteni Alfredo Astuquillca y Dionisio Vilca, padres de los suboficiales Luis Astuquillca y César Vilca, llegaron a la localidad de Kiteni . Luego de entrevistarse con las autoridades militares y policiales, pidieron aumentar los esfuerzos de búsqueda. Alfredo Astuquillca y Dionisio Vilca se desplazan por los poblados de Kepashiato, Selva Alegre, Umpiro, Yuveni y otros distribuyendo panfletos con las fotografías de sus hijos. Los padres también ofrecieron dinero a los pobladores a cambio de información sobre sus hijos perdidos. MAÑANA: El rastro del burro que salvó a Luis Astuqillca.