Carlos Roca Cáceres está a punto de cumplir 50 años de militancia aprista. Desde aquí invoca a sus compañeros a recuperar el espacio político perdido por los errores de la dirigencia. Por lo pronto, cree que su bancada parlamentaria debe distanciarse del fujimorismo en el próximo Congreso. Del presidente Alan García, a quien considera su hermano, dice que hay que apreciarlo así como es. Por flor Huilca Estamos a más de un mes del final de este gobierno, ¿no cree que hubo más desaciertos que aciertos en la gestión del presidente García? –Con el tiempo se irán reconociendo los logros. Habría que destacar la reducción de la pobreza, la estabilidad económica y política que el país ha gozado, la gran obra de infraestructura, el saneamiento urbano, agua, desagüe, electrificación rural, remodelación de colegios emblemáticos, postas y hospitales, la Interoceánica. Hay una serie de obras que son la expresión de una voluntad de gobierno por llegar a los sectores más necesitados del país. –¿No cree que el resultado de las elecciones, con un respaldo mayor para Ollanta Humala que en el 2006, demuestra que no han llegado a esos sectores? –Ha habido una política económica exitosa pero que quizá no se ha traducido en beneficio para algunos sectores sociales, sobre todo en la zona andina del sur. De todos modos creo que eso nos obliga a pensar que quizá también no ha habido una buena relación entre el gobierno y el partido, porque los resultados electorales no traducen esa gestión exitosa. –¿Exitosa? ¿No cree que el descontento de la población que se siente excluida del crecimiento es un emplazamiento a la gestión? –Es imposible que en cinco años se puedan realizar todas las obras que se quisiera, pero se ha avanzado; es un largo proceso que tendrá que ser perfeccionado. –Pero el Apra siempre se ha declarado un partido vinculado a sectores sociales. ¿Qué pasó? –Históricamente somos un partido de centroizquierda, pero creo que hemos dejado ese espacio que debe ser recuperado; debe haber una mayor vinculación con los sectores sociales. Cuando veía el mitin por el triunfo de Ollanta Humala, yo decía que, por extracción, esos sectores deberían estar bajo las banderas del Apra. –¿Entonces debe sentirse defraudado por las acciones del gobierno y de su partido, que más bien ha tomado un giro hacia la derecha? –Creo que han habido errores. Al retirar mi candidatura de la alcaldía en Lima se quiso promover la candidatura de Lourdes Flores, que era la candidata de la derecha; luego, en las presidenciales, se quiso apoyar a Castañeda y después a PPK. Eso me parecía un absurdo que se pagó con la escasa votación del partido. Por eso creo que el triunfo de Ollanta es un llamado de atención a la conducción del partido y a la militancia. –¿Ese tipo de respaldo más bien evidencia una continuidad en el Apra, que ha estado junto a sectores conservadores en estas elecciones y en el gobierno? –La política de alianza del presidente García, después de las elecciones, obedece al resultado electoral. En segunda vuelta el respaldo vino de los partidos del centro y de la derecha para ganar las elecciones. Me hubiera gustado una política de alianza institucionalizada, pero el presidente prefirió mantener una relación personal y convocar a su gobierno a personalidades de esos sectores. Los ministros apristas han sido mínimos en el gabinete. Creo que eso debe ser corregido; una de las tareas que debe enfrentar el partido es recuperar su propia identidad. –Lo más probable es que en el próximo Congreso mantengan una alianza con esos grupos, incluido el fujimorismo. –Estoy absolutamente seguro de que nuestros cuatro parlamentarios van a tener que mantener una posición de colaboración, en el mejor sentido de la palabra, con el gobierno de Ollanta Humala. La esperanza venció al miedo. Estoy seguro de que Humala no nos va a defraudar; se le presenta una gran oportunidad para hacer un gran gobierno con gran sentido social. –¿Esa posición tiene eco dentro del partido? ¿Esa será la posición del Apra? –El partido hizo bien en dejar en libertad a su militancia para votar de acuerdo con su conciencia. Algunos habrán votado por la señora Fujimori, pero un gran contingente, miles, han votado por Humala. –¿Eso de decir voten en libertad no era en realidad un tácito respaldo a Keiko? –No. Creo que fue la mejor posición, peor hubiera sido que lo digan como lo dijeron en el caso de Lourdes Flores en las municipales y PPK en la primera vuelta. La conducción del partido, que salga del próximo Congreso, tendrá que tener en cuenta esta voluntad de la militancia aprista y colaborar para el éxito del gobierno. –Ahora que ya pasaron las elecciones, ¿quiénes son los responsables del fracaso histórico del Apra? –Esos temas los toco internamente. Hay una responsabilidad colectiva; todos somos responsables por acción, por omisión o por haber guardado silencio. A mí no me gustan las autoflagelaciones públicas. –¿Pero usted, que fue al sacrificio por la candidatura municipal, tendría mayor derecho a decirlo? ¿Si bien hay responsabilidades colectivas, también habrá individuales? –La Comisión Política (CP) del partido ha cometido muchos errores; eso se tratará internamente. En el próximo Congreso la CP tendrá que rendir cuentas, sobre todo de lo que han hecho en el último año, cuando se cometió el error de retirar mi candidatura. No sé si le hubiera ganado a Lourdes pero quizá habría colocado a ocho regidores y mi querida amiga Susana Villarán no sería alcaldesa. Estoy contento con su triunfo, le di mi voto, como no oculté mi voto por Humala porque creía que había que derrotar al fujimorismo. –¿La dirigencia que ha tenido responsabilidad de este fracaso debería dar un paso al costado? –El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) puso su cargo a disposición; lamentablemente la CP no ha hecho lo mismo. La actual conducción del partido ha demostrado ineficiencia y en algunos casos irresponsabilidad. Todos tenemos que someternos a la voluntad del Congreso, y si quieren ratificar a algunos dirigentes, esa será la voluntad del pueblo aprista. Lucharé para democratizar al partido, lo que significa hacer una reforma del estatuto para que la CP no tenga los poderes que tiene y que sea el CEN, con un solo secretario general, el que conduzca el partido. Por último, creo que debemos ir a una verdadera renovación a través de un jubileo con padrones rectificados. –¿Fue también un error retirar la candidatura de Mercedes Aráoz? –Fue un error escoger a una candidata que no estaba con mucho ánimo de ir hasta el final. Fue un error no tener candidato aprista. Si Jorge del Castillo consideraba que no era conveniente su candidatura, estaban Javier Velásquez, Nidia Vílchez. Había candidatos apristas que hubieran podido aglutinar al pueblo aprista; desgraciadamente la CP decide por un independiente. Propuse la candidatura de Alfredo Barrenechea, pero se prefirió elegir a la señora Mercedes Aráoz, que empezó a poner condiciones que a mí me parecían inaceptables –¿El presidente Alan García tiene algo de responsabilidad por su conducción del gobierno y del partido en este fracaso electoral? –El compañero Alan García es el presidente del partido y por lo tanto también tiene su cuota de responsabilidad. Ha tratado de mantenerse al margen de las decisiones y dejó todo en manos de la CP y, en ese sentido, la responsabilidad mayor la tiene la CP. –La personalidad del presidente no pasa inadvertida. Dicen que tiene un ego descomunal. Usted que lo conoce ¿qué cree? –(Risas). Conozco al compañero presidente desde 1969. Me une a él una gran amistad, lo considero un hermano. Haya de la Torre nos unió en el trabajo partidario. Quienes lo conocemos de cerca sabemos que es un hombre con grandes condiciones personales, de inteligencia, de cultura, de estudios de la problemática nacional e internacional. A veces aflora un poco su sentimiento de orgullo o de vanidad, es muy humano. Le confieso que, quizá porque lo conozco tanto y somos amigos, a veces me hacen mucha gracia algunas de las cosas que él hace. –¿No cree que a veces esa vanidad se desborda?, ¿algo de modestia no estaría mal? –(Risas). Las personalidades son las que son. Usted no puede pedirle que cambie a un hombre de 60 años. Yo me admiro de la ambivalencia de su personalidad porque muchas veces puede parecer arrogante, soberbio, pero en la intimidad es muy sencillo y muy fraterno. Siempre ha venido a mis cumpleaños en mi casa. Lo conozco tantos años y creo que hay que apreciarlo así como es. Estoy seguro de que regresará al partido y va a colaborar en la reconstrucción. –¿Qué le parece este debate que se generó alrededor del Cristo del Pacífico que regaló el presidente? –Me sorprendió que se hubiera querido colocar este Cristo en el Morro Solar. Creo que es un testimonio de fe del presidente; claro, es discutible la modalidad, el procedimiento, pero creo que él, en su buena fe, ha querido dejar un testimonio de su fe religiosa y de su vocación de paz al colocar un Cristo que significa la fraternidad entre todos. Quizá personalmente con él comente el tema. Ya está colocado, ya no queda otra cosa que aceptarlo. –¿Cómo se van a manejar en el Congreso con sus cuatro parlamentarios? –Tenemos dos compañeros con mucha experiencia que son Mauricio Mulder y Javier Velásquez. Luego tenemos el refuerzo juvenil de Luciana León, que ha tenido casi 80 mil votos, y a Elías Rodríguez, que ha hecho la hazaña de ganarle a Lucho Alva en Trujillo. Los cuatro, con dificultades, van a hacer un buen papel. –¿No cree que sería bueno que empiecen a distanciarse del fujimorismo? –Hay necesidad de ir, progresivamente, tomando distancias del fujimorismo, aunque no hay que olvidar que tienen un voto duro de 20% y ese 30% que le ha dado a Keiko una votación notable. El partido tiene que hacer un gran trabajo para captar esa votación popular. Espero que la Célula Parlamentaria (CP) se mantenga autónoma y no se incorpore a un bloque reaccionario conservador que va a estar en contra del gobierno de Humala a como dé lugar. Por lo pronto, Mauricio Mulder, presidente de la CP, anunció que votarán por el presidente del Congreso que designen. Hay que dar estabilidad democrática al país, y eso no solo lo debe dar el gobierno sino también el Congreso. Con su maestro Haya Carlos Roca Cáceres es militante del partido aprista desde los 15 años, cuando escuchó a Víctor Raúl Haya de la Torre en el Paseo de la República. Junto a Alan García, fue uno de los delfines del fundador aprista, que veía en ellos a los futuros líderes del partido. Ambos tenían grandes condiciones políticas y dotes de brillantes oradores. La foto corresponde a 1978 en el Parlamento. Haya de la Torre espera su elección como presidente del Congreso Constituyente que elaboró la Constitución de 1979, derogada por Alberto Fujimori.