El ministro de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, se refirió a la designación de David Gómez Boluarte — hijo de la presidenta Dina Boluarte — como tercer secretario del servicio diplomático de la Representación Permanente del Perú ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, Estados Unidos mediante una resolución ministerial emitida el miércoles 27 de noviembre.
En ese sentido, el canciller resaltó que no hubo ningún tipo de nepotismo al momento del nombrar a Gómez Boluarte ante la ONU. Además, descartó cualquier tipo de influencias políticas, ya que la selección se realizó por parte de la Comisión de Personal de la cartera, luego de tener en cuenta el aspecto legal y la aptitud profesional.
"El principio de (nepotismo) transitividad es un principio elemental y fundamental en la matemática, no se aplica en este caso. Subrayo y lo pongo en negritas: no se aplica. Yo no decido quiénes van a qué puestos, eso lo decide la Comisión de Personal a dos requisitos: legal y profesional (...) No vamos a empezar ahora con nepotismos", expresó.
En su nuevo cargo, Gómez Boluarte asumirá la tarea de facilitar negociaciones internacionales, así como coordinar diversas iniciativas multilaterales. Además, representará a Perú en temas significativos ante organismos de la ONU. Su enfoque estará dirigido a fortalecer la presencia del país en el contexto global y a impulsar sus intereses en el ámbito internacional.
En comunicación con La República, el excanciller Miguel Rodríguez Mackay se refirió la legalidad de la designación de David Eduardo Gómez Boluarte, hijo de la presidenta Dina Boluarte, y señaló Gómez Boluarte forma parte del servicio diplomático de la República y se graduó de la Academia Diplomática mientras él ocupaba un cargo en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
"David Gómez Boluarte estaba en su segundo año en la Academia Diplomática y él ha cumplido el tiempo en Lima como tercer secretario, que es la categoría con la que se incorporan al servicio. Es legal. Su salida al exterior es la normalidad de las actividades de los diplomáticos de carrera, según conforme la ley orgánica del Ministerio de Relaciones Exteriores y la ley del servicio diplomático de la República", declaró.
Por otro lado, el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Antonio Ruíz de Montoya, Alonso Cárdenas, respaldó la afirmación de Mackay, tras destacar que el servicio diplomático peruano es altamente profesional y se distingue por su independencia respecto al poder político.
No obstante, Cárdenas calificó el suceso como "un nuevo error" de la mandataria, ya que la puede colocar en contra de la opinión pública. "Más allá de la formalidad legal, políticamente no suma (a su aprobación) y tiende a agravar todos los hechos por los que ya está siendo cuestionada", resaltó.