Jorge Luis Salas Arenas, presidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), acumula nueve denuncias constitucionales en su contra que han sido tramitadas en el Congreso desde el 2021. En esta entrevista, responde sobre el peligro que se cierne sobre el sistema electoral en su conjunto.
-El congresista de Avanza País Alejandro Cavero ha presentado una denuncia constitucional en su contra por haber permitido la inscripción del partido Alianza Nacional de Trabajadores, Agricultores, Universitarios, Reservistas y Obreros (A.N.T.A.U.R.O.). Señala que usted merece “un antejuicio político y su posterior destitución por el Pleno del Congreso”. ¿La inscripción del partido se ajusta a ley?
-La inscripción de los partidos políticos no es a voluntad del JNE. No somos los censores subjetivos de personas que quieren ejercer su derecho a la participación política. Las organizaciones que quieren ser inscritas tienen un trámite administrativo que deben realizar ante el Registro de Organizaciones Políticas (ROP). Si cumplen las exigencias de la ley, serán inscritas. De lo contrario, no lo serán. Entre los requisitos está que el ideario respete los fundamentos de la democracia. Me he enterado de que en la organización que usted menciona el ideario se ratifica en el compromiso y vocación democráticas, en el respeto al Estado de derecho, a las libertades y derechos fundamentales. ¿Eso será verdad o no? Eso no le corresponde (decirlo) al JNE.
-¿Y si hay un comportamiento ilegal?-
-El artículo 14 de la Ley de Organizaciones Políticas señala cómo hay que hacer: por denuncia de la Fiscalía o del defensor del Pueblo se iniciará ante el Poder Judicial el proceso para la cancelación de la inscripción, si materialmente resulta que la organización propicia actos terroristas, desarrolla conductas antidemocráticas, se adscribe a idearios antidemocráticos. Algunos han creído que esto es similar a lo que ocurrió con el Movadef. No, pues. El ROP no inscribió al Movadef porque le faltaban 37 comités partidarios, no había precisión sobre las elecciones de sus candidatos...
-¿Movadef podría haber sido inscrito si tenía sus comités completos?
-Había algo adicional: su ideario se adscribía al ‘pensamiento Gonzalo’. Entiendo que ese fue el motivo principal para negar la inscripción.
-¿El partido liderado por alguien que ha amenazado públicamente con fusilamientos se ajusta a principios democráticos?
-Interesante. ¿A quién le correspondería analizar si ese comportamiento es individual o partidario? ¿El JNE tendría que abrir un expediente de indagación? ¿O se tendría que aplicar el artículo 14?
-Es decir, ¿tendría que ser una evaluación ex post?
-A la inscripción. Y eso no lo tiene que hacer el JNE, sino el Poder Judicial a propuesta del Ministerio Público o del defensor del Pueblo.
-¿Y el JNE no tenía ninguna posibilidad de detener la inscripción, conocidas las intervenciones públicas y repetidas de Antauro Humala?
-Así es. Porque el JNE tendría que comenzar a interrumpir las inscripciones para comprobar una serie de cosas. Por ejemplo, que las personas procesadas por lavado de activos no serán condenadas. Esa no es la labor del JNE. Cada quien tiene sus funciones. El señor Cavero dice que soy el responsable político —cree que soy ministro— de la inscripción cuando, quien habla, estaba de vacaciones. Esa inscripción la hicieron cuatro miembros del JNE. Y cuando se presentó una reclamación, la causa estaba resuelta. Todas las organizaciones ponen en sus idearios que quieren a la patria, que piensan en el bienestar del país, pero lo que usted me pregunta es que nosotros tomemos la decisión de desconfiar de todo lo que dicen. Y ojo, que este señor (Antauro Humala) no aparece como directivo ni cosa por el estilo.
-Es evidente por el nombre a qué figura se promueve. No le pido desconfiar de los partidos. Lo que digo es que en el caso de Antauro Humala hay declaraciones públicas preocupantes.
-Si el señor Cavero cree que eso es irregular, ¿por qué no le pide al Ministerio Público o al defensor del Pueblo que ilegalice esa organización?
-Ha vuelto a salir el tema del fraude, a propósito de la declaración de Jaime Villanueva. ¿Qué responde?
-Es la versión seis o siete de una fantasía. Es absolutamente falso que se haya maquinado o planificado una estrategia para perjudicar o beneficiar a nadie. Un fraude es algo completamente anómalo, que se puede realizar como pasó hace 23 años con una reelección, en la que intervinieron varios factores. ¿Cuál es el fraude aquí? Es la idea que tienen quienes creen que debieron ganar las elecciones, pero no las ganaron. El punto de partida es falso: no ha habido reuniones conspirativas. Hemos respetado el voto de los calzados y el voto de los descalzos y ese ha sido el resultado. Ahora, las desconfianzas enormes de un sector de la población —que entiendo no es mayoritario— sobre los ciudadanos sin calzado porque son manipulables, porque se les puede engañar... Mire, el Perú se ha adscrito al concepto de que un ciudadano equivale a un voto, no que el voto del ciudadano calzado vale dos o tres veces que el del ciudadano descalzo.
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-Villanueva menciona al fiscal Rafael Vela en estas presuntas coordinaciones para evitar el triunfo de Keiko Fujimori. ¿Lo conoce?
-Lo conozco. Fuera del “buenos día, cómo le va”, no he hablado más con él, tres o cuatro veces. Jamás hemos hablado de temas electorales.
-En paralelo a estos hechos, que incluyen las denuncias constitucionales en su contra, en el Congreso se está viendo la posibilidad de destituir a los miembros de la Junta Nacional de Justicia, que tiene directa incidencia en las jefaturas de la ONPE y del Reniec...
-Pero no solo eso, señor Patriau. Los miembros del JNE tenemos las prerrogativas de jueces de la Corte Suprema, sin serlo. La señora fiscal no es juez, el señor elegido por los abogados tampoco, los exdecanos de las facultades de Derecho tampoco son jueces. Yo sí soy juez supremo, pero con licencia de mis funciones jurisdiccionales constitucionalmente otorgada. ¿A qué voy? Que todos nosotros estamos sometidos a la jurisdicción disciplinaria de la JNJ. O sea, que también podríamos ser objeto de algún tipo de injerencia de esa naturaleza, si se lograra capturar a la JNJ.
Acoso. El Congreso ha tramitado hasta nueve denuncias constitucionales contra el titular del JNE. Foto: difusión
-¿Detrás de la intención de destituir a todos los miembros de la JNJ lo que está en juego en realidad es la captura del sistema electoral en su conjunto?
-Estimo que esa es la intención. Es más, recuerde lo que han dicho congresistas y algún político importante: estos son los pasos para adecentar la política. Uno, deshacerse de Pedro Castillo. Eso ya está hecho.
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-Por su propia mano.
-Suscribo. Dos: deshacerse de Dina Boluarte. Tres: deshacerse de Salas Arenas y Piero Corvetto (jefe de la ONPE). Cuatro: elecciones. Están cumpliendo su cronograma.
-¿Cómo una JNJ capturada podría influir sobre el JNE?
-Procesando a los integrantes (del JNE) porque voló la mosca.
-¿Y cree que hay manera de detener esta captura del sistema electoral en su conjunto?
-Creo que los congresistas, razonablemente, se darán cuenta de que pueden influir en que el Perú descienda de una democracia híbrida para convertirse en un autoritarismo.
-¿Esta posible captura sería un paso directo al autoritarismo?
-Así es. El índice de The Economist, que coloca al Perú como democracia híbrida, otorga 8,5 puntos sobre 10 al sistema electoral. Entonces, el Perú sigue siendo una democracia por su sistema electoral. La comunidad internacional no es ciega ni muda y ha dicho que hay que respetar a la JNJ y al sistema electoral. Lo han dicho la ONU, la OEA, la Unión Europea. Pero hay quienes piensan que el Perú no necesita de esas relaciones y que puede manejarse solo y hablan de la soberanía jurisdiccional. Ese concepto es anochecido.
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-Hay un proyecto en el Congreso que propone que el presidente del JNE sea electo por el Pleno de la institución y que la responsabilidad no recaiga exclusivamente en el representante de la Corte Suprema. ¿Le parece pertinente o cree que es una iniciativa cuya real intención busca controlar al Jurado?
-Lo segundo es la respuesta a su pregunta. Esta es la segunda vez que se plantea lo mismo. Ya el Pleno del JNE se pronunció en sentido negativo antes. Pero han presentado otros proyectos: para extender el número de miembros del JNE a siete y quitarle al presidente atribuciones de decisiones jurisdiccionales y dejarlo solamente con las cuestiones representativas, para recortar el tiempo de funcionamiento del JNE, entre otros. Todos son proyectos destinados a deshacerse de las personas incómodas. Y seguramente que el presidente del JNE es de los más incómodos porque es juez y como tal sabe qué debe o no debe hacer. Por ejemplo, yo no me reúno con políticos.
-¿Le han pedido reunirse?
-Claro. A través de la coordinadora parlamentaria, me llegan las voces que quieren venir a conversar conmigo. Yo no me reúno con nadie de ninguna tienda política. ¿Para qué quieren reunirse? ¿Para tomar un café? Las reuniones son para ver la vacancia de su alcalde, para ver la suspensión de su regidor. Yo no quiero tener contactos de esa naturaleza. Mi función tiene que estar supeditada a resolver las controversias cuando se elevan al Pleno del JNE. No quiero enterarme por fuera.
-Habida cuenta de todo lo que usted ha transitado —ha sufrido hasta amenazas de muerte—, ¿no se le pasó por la cabeza la posibilidad de renunciar?
-No podría negarle que pasó por mi cabeza. Pero también pasó otra posibilidad...
-¿Cuál?
-El cumplimiento del deber, de no heredarle al país un presidente del JNE que huyó, que escapó. El vencimiento de mi función es en unos meses, pero, claro, lo que quieren no es que me vaya, sino que quieren echarme para que quede claro el mensaje, ¿no?: ‘Tú no te puedes enfrentar, tú tienes que cumplir con los designios del poder’. Bueno, pues, no está en mis planes, yo voy a hacer lo que tengo que hacer.