El último miércoles 22 de diciembre, el Gobierno planeó expulsar de territorio peruano a 41 venezolanos, en su mayoría con situación migratoria irregular. Sin embargo, la deportación fue cancelada a último minuto.
Augusto Álvarez Rodrich sostuvo que, lamentablemente, muchos presidentes aprovechan la migración venezolana para mejorar su aceptación con la opinión pública, lo cual no sería ajeno a Pedro Castillo.
“Lo que nunca esperé es que al Gobierno de Pedro Castillo, cuando todo se le comienza a complicar, cuando lo de Petroperú lo complica, organice una redada de venezolanos y disponga una ceremonia en Palacio de Gobierno, hace dos días, para deportarlos en un trámite exprés ¿Para qué? Para ganar alguito con la opinión pública”, explicó.
Tras la frustrada deportación, Avelino Guillén, ministro del Interior, informó que el operativo no se materializó porque Caracas no dio permiso de aterrizaje para expulsar a los ciudadanos extranjeros.
Durante conferencia de prensa, el titular del Mininter indicó que Castillo Terrones logró comunicarse con Nicolás Maduro, aunque reveló no conocer lo detalles de la conversación. Agregó que las 41 personas fueron puestas en libertad.
Asimismo, el periodista saludó la columna publicada por Marisa Glave en el diario La República. La excongresista reprobó las acciones del Gobierno de Castillo: “Sobre este punto cabría recordar que ninguna persona es ilegal. Su situación puede que sí lo sea, pero la persona no. Y de las 41 personas detenidas, mantenidas en un calabozo en la madrugada y luego llevadas al grupo aéreo número 8, donde esperaban a ser deportadas, ninguna, por favor repitan conmino, ninguna tenía proceso o antecedentes o investigación en curso en el Perú. De la revisión de los expedientes, 23 de ellos tampoco tenían ningún antecedente policial o penal en su país de origen”.
Rodrich resaltó la crítica realizada por Glave, sobre todo, al venir de una persona de izquierda. Desde su perspectiva, Castillo Terrones solo está fomentando que más peruanos migren a otros países a buscar una mejor calidad de vida, como sucedió en el primer gobierno de Alan García.
“Su Gobierno hasta ahora es un pobre mamarracho”, concluyó.