Un abrazo también puede ser un simbolismo que exprese desunión, que abra la puerta a viejas rencillas dentro de una bancada como Perú Libre que – desde hace semanas – se muestra como una olla a presión es su momento más crítico. El gesto protagonizado por la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, y el congresista Guido Bellido de Perú Libre celebrando juntos el fracaso de la moción de censura presentada por Guillermo Bermejo tiene múltiples lecturas en una jornada parlamentaria que de anecdótica tuvo poco.
En el análisis del politólogo de la UCSM Anthony Medina, este gesto entre Bellido y Alva fue innecesario y afecta a ambos protagonistas. Por un lado, el extitular de la PCM recibió duras críticas desde distintos flancos de la izquierda, y la acciopopulista aparenta celebrar una victoria tras el rechazo de la moción de censura, pero los cuestionamientos en su contra contribuirían a que la derecha tenga que buscar nuevos liderazgos de cara al futuro.
“Desde el punto de vista de las propias bases de izquierda de Perú Libre, el abrazo con Alva fue un gesto innecesario que ha dañado políticamente a Bellido, pero ese es un aspecto secundario a mi parecer. Lo que creo es que, con Alva neutralizada, y con la imagen de Patricia Chirinos desgastada a causa del fracaso de la primera moción de vacancia de Pedro Castillo, la derecha empezará a buscar a otra persona que pueda liderar dicho bloque para la próxima Presidencia del Congreso”, comentó en diálogo con La República.
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En opinión de la politóloga Katherine Zegarra, las discrepancias dentro de la bancada oficialista evidenciadas durante la votación de este jueves frente a la moción de censura son una muestra de la debilidad de Perú Libre para buscar consensos o diálogo entre los suyos y con los demás grupos parlamentarios: “Más allá del abrazo, que puede ser anecdótico, lo que menciona Bellido sobre la importancia de generar consensos (no es compartido por el resto de su bancada, ya que) pareciese que una facción de Perú Libre no busca dialogar con todos los integrantes, sino que parece estar más dentro del actuar de una cúpula, en lugar de generarse un diálogo constante con todos los miembros de la bancada”, comentó.
El ex titular del gabinete ministerial saludó que no procediera la censura contra María del Carmen Alva. Foto: captura de Congreso TV
Este acercamiento entre Alva y Bellido fue muy comentado, pero para nada se puede estar hablando sobre nuevas alianzas o acercamientos entre las posturas de ambos parlamentarios: “En lugar de hablar de fujicerronismos, accionpopulibrismos y otras ideas disparatadas que andan circulando en Twitter, es evidente que en un Congreso tan fragmentado se puede coincidir en algunos temas y discrepar en otros, haciendo que los votos varíen de acuerdo a los intereses políticos del momento”, agrega Medina.
Tras una tensa jornada, Alva escapó holgadamente de la censura con 20 votos a favor, 83 en contra y 16 abstenciones. Una moción promovida por Guillermo Bermejo, la cual se basaba en la presunta autoría de Alva respecto a una solicitud – realizada durante su último viaje a España – a diputados españoles para que se pronuncien en torno a una presunta “ilegitimidad” del Gobierno de Pedro Castillo, así como el pedido para que afirmen que “el Perú ha sido capturado por el comunismo”.
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Lejos de la calma mostrada por Guido Bellido ante el resultado de la votación, Guillermo Bermejo anunció a través de una carta su “renuncia irrevocable” a su grupo parlamentario Perú Libre. Argumentó que no encontraba motivos para continuar formando parte de la bancada oficialista. A este anuncio le siguió la dimisión del legislador Hamlet Echevarría, dejando la puerta abierta a más renuncias.
Guillermo Bermejo representa a la región de Lima en el Congreso de la República. Foto: Congreso
Ante este panorama, Katherine Zegarra señaló que lo ocurrido este jueves no debería generar sorpresas, porque lo más común en la política nacional es que las bancadas vayan perdiendo integrantes por la debilidad institucional de los partidos políticos: “Que los partidos vayan perdiendo representación, que los parlamentarios vayan dejando sus bancadas, no es un escenario atípico en el Perú. De hecho, es lo más típico que hay debido a la debilidad institucional de los partidos. (…) Puede sonar un poco feo lo que voy a decir, pero por lo general las bancadas parecen estar un poco pegadas con baba. No hay un pegamento fuerte, una ideología o un planteamiento político fuerte que los una y, ante un conflicto, no hay mucha dificultad para que cada uno tome su propio camino”, señaló.
En la opinión de Anthony Medina, Perú Libre gestionó mal el pedido de censura contra Alva, dejando a Guillermo Bermejo expuesto ante una votación en contra aplastante, lo que terminó por detonar su renuncia: “Me parece que PL tuvo varios días como para salir y decir ‘no estamos con la censura de Alva, abogamos por la estabilidad, etc’ y coordinar con Bermejo (no se sabe si lo hicieron) y decirle: ‘Mira, ya coordinamos con ellos y hay un acuerdo para que desistan de volver a pedir la vacancia de Castillo, en el corto plazo al menos”. Pero no hicieron eso, esperaron en el momento indicado y lo dejaron fuera de juego”, señaló.
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El escenario actual es un Bermejo fuera de Perú Libre y una puerta abierta que puede dar paso a un cismo dentro del oficialismo. Ante este panorama, los consensos y el diálogo serán claves, así lo expresa Zegarra: “La política se trata de negociación. El partido de Gobierno no tiene mayoría y lo que se presenta en la realidad es una generación alta de incentivos para empezar a dialogar. (…) No se pueden ver las negociaciones con otras bancadas como algo malo, dañino o en contra de la ideología, porque, si no, se presenta como una total polarización”, sostuvo.