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Política

Alexandra Ames: “No es exagerado pensar en la posibilidad del cierre del Congreso o la vacancia presidencial”

La politóloga considera que el presidente deja que las decisiones de su gobierno estén influenciadas por las personas de su entorno y sostiene que estamos en medio de un choque de poderes entre el Ejecutivo y Legislativo.

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Análisis. Para Alexandra Ames es también el gobierno quien provoca a la oposición. Foto: Antonio Melgarejo/La República

Ha sido una semana tensa donde las contradicciones entre el presidente Pedro Castillo y el premier Guido Bellido se hacen más evidentes. En esta entrevista la politóloga Alexandra Ames analiza el comportamiento de los actores políticos involucrados, en medio de un pedido de censura del Congreso contra el ministro Iber Maraví.

Es un gobierno que ante un hecho tiene varias versiones. ¿Es la primera vez que vemos algo así?

Sí. Efectivamente, hemos tenido varios años con un problema de gobernabilidad, pero estas han sido causadas por las tensiones y choques de poder entre el Ejecutivo y el Congreso, pero ahora vemos que dentro del propio Ejecutivo estamos teniendo estos problemas y también hay personalidades satélites, como es el caso de Vladimir Cerrón, que terminan petardeando la propia estabilidad del Ejecutivo.

¿Pero Castillo también deja que lo petardeen?

En este caso yo creo que no es necesariamente una falta de capacidad de liderazgo, que de hecho la hay, pero creo que hay un estilo en Castillo de dejar que otras personas influyan en la toma de decisiones. De alguna manera se estaría posicionando en el imaginario de la gente que tenemos a un Vladimir Cerrón que puede simbolizar lo malo de Perú Libre y a un Pedro Castillo como el profesor andino rural de una escuela pública. Entonces esta dupla termina de alguna manera asegurando que todo lo malo que suceda, digamos dentro del Ejecutivo, termine cayendo sobre Cerrón, que no está adentro, y no sobre el propio Castillo.

El premier Guido Bellido lanza unos tuits que generan inestabilidad política. ¿Cree que él actúa con consentimiento del presidente Pedro Castillo?

Yo no creo que el señor Bellido pida permiso cada vez que va a tuitear, porque de hacerlo ya estaría dándonos una señal de que está pensando en sus tuits. Más bien nos deja una señal de que está siendo más impulsivo a la hora de tuitear, yo creería más bien que se trata de un equipo que piensa igual, pero que tiene diferentes personalidades, lo que hace que existan estos choques a la interna en donde termina habiendo confrontaciones dentro del propio gabinete. Entonces, Bellido, de alguna manera, a través de esos tuits, está tratando de crear una narrativa, desde mi perspectiva, que en caso de que el contexto lo vea forzado a Castillo a cambiar de premier, Bellido pueda decir que ha salido por presiones de la derecha porque él sí busca un cambio a favor de los más pobres.

Guido Bellido jura como presidente del Consejo de Ministros. Foto: Aldair Mejía/La República

Entonces, no es que Castillo lo esté corrigiendo a Bellido.

Es difícil de ver.

¿Pero no genera esa percepción? Cuando Castillo tuitea sobre un tema y lo contradice a Bellido.

Si bien son personas que piensan igual, me parece que Castillo se encuentra en aprietos cada vez que Bellido saca un tuit.

El dato. Bellido y Cerrón dirigen los ataques de la bancada de Perú Libre contra los ministros más cercanos al presidente Pedro Castillo, que no comparten el ideario original del partido. Foto: difusión

¿Las declaraciones de Bellido lo ponen al presidente en bandeja de plata para una eventual vacancia? ¿No es el gobierno quien está provocando esta actitud de la oposición?

El Ejecutivo le da razones para reaccionar de esa manera. Entonces, cuando la amenaza está dada por ambos lados, por el propio bien de Castillo, y si él quiere resguardar su permanencia como figura presidencial, no debería darle razones a la oposición, debería apostar porque se apacigüen las cosas y no tener de premier a quien ha puesto por encima la idea de posicionar una narrativa que termina siendo perjudicial para la propia relación con los diferentes grupos políticos.

¿Le sorprende que el gobierno quiera interponer una cuestión de confianza para defender a Maraví?

Es extraño, porque más bien era Bellido quien había invitado al señor Maraví a retirarse del gabinete y Castillo fue más bien quien le dio la confianza al ministro.

¿A Castillo le cuesta prescindir de Maraví porque él rinde cuentas al grupo magisterial? ¿O es que Castillo piensa como Maraví?

Esa es una interrogante que poco a poco vamos a ir descubriendo ¿no? De hecho Ángel Páez está haciendo una investigación interesante sobre el caso Maraví. Yo creo que Castillo, como cualquier otro presidente que llega al poder, se ve en aprietos porque tiene que, de alguna manera, pagar favores políticos a aquellos grupos que de alguna u otra manera lo han apoyado a llegar a donde está.

En la oposición piensan que el Gobierno apuesta por pedir la confianza por Maraví para, a futuro, forzar la disolución del Congreso. ¿Es exagerado pensar así?

Lamentablemente no es exagerado pensar en la posibilidad de un cierre del Congreso o de la vacancia presidencial. Estos mecanismos, que si bien son establecidos de manera constitucional, han terminado petardeando la propia estabilidad, ya no solo de la política, sino de la sociedad en general.

Íber Maraví fue interpelado por el Congreso de la República el último jueves. Foto: Congreso del Perú

¿Qué presencia es más dañina en el gabinete? ¿La del premier Guido Bellido o la del ministro Iber Maraví?

Yo creo que el daño no recae en una persona, sino en la imagen que cada uno de los representantes pueden proyectar. Ser ministro es un honor y hay que llevarlo con responsabilidad. Entonces, termina siendo dañino cuando la imagen de estas personas no es la correcta de cara a la ciudadanía, peor aún cuando estas personas insisten a través de tuits ofensivos, pues termina generando más rechazo.

¿Donde existe una narrativa más autoritaria? ¿En el Ejecutivo o en el Congreso?

Creo que hubo una posición autoritaria tanto de uno como del otro lado. Es la poca capacidad para mostrar gobernabilidad y eso hace que ambos poderes se sientan desesperados por demostrar quién tiene más poder.