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Política

Jorge Bruce: “El más grande genocida de nuestra historia era un hombrecito bastante ridículo”

El psicoanalista señaló que ideales de Abimael Guzmán eran simples y delirantes. Agregó que la sociedad peruana no debe olvidar los hechos de sangre perpetuados por Sendero Luminoso para no repetir la historia. “El tiempo no lo cura todo”, lamentó.

larepublica.pe
Bruce invocó a la población a reflexionar sobre los efectos de Sendero en la sociedad peruana. Foto: captura/RTV

Para el psicoanalista Jorge Bruce, los 29 años tras la captura del genocida y cabecilla de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, no han sido suficientes para que la sociedad peruana asimile y recapacite sobre esta terrible parte de la historia del Perú.

Agregó que la muerte de Guzmán Reinoso, el pasado sábado 11 de setiembre a raíz de una neumonía bilateral, ha desatado una serie de sentimientos encontrados en la población.

“La gran mayoría de peruanos sí ha entendido lo básico que es que este sujeto era un genocida, que desató un genocidio. A mí como psicoanalista, me toca pensar en el sufrimiento que causó Sendero. Si tuviera que poner al Perú en un diván, diría que está en estrés post traumático”, acotó.

Bruce precisó que la muerte del genocida debe servir para profundizar y debatir el tema. Agregó que es indispensable que el Estado se encargue de evitar un posible lugar de culto para el líder de Sendero Luminoso, pero aclaró que no se debe olvidar los actos de este movimiento terrorista para no volver a repetir la historia.

“El tiempo no lo cura todo. Tenemos que reflexionar mucho sobre esto porque sino estaremos condenados a repetir la historia. Lo que no se trabaja se repite (...) El endiosamiento que Abimael Guzmán propició fue su perdición”, manifestó.

Aunque los ataques perpetuados por Sendero Luminoso fueron macabros, el psicoanalista afirmó que los ideales de Abimael Guzmán eran bastante simples y delirantes.

“Hay que reconocer que hay genocidas y genocidas. Hasta para eso hay categorías. Sigue habiendo temor, pero hay vergüenza de reconocer que el más grande genocida de nuestra historia era un hombrecito bastante ridículo”, sostuvo.