Ahora que Pedro Castillo, líder de Perú Libre, fue proclamado ganador de las elecciones, y luego, junto con Dina Boluarte, primera vicepresidenta, recibió sus credenciales, se apresta a jurar mañana como presidente del Perú, pocos ya se ocupan de la candidata perdedora .
Keiko Fujimori, como lideresa de Fuerza Popular, ya suma en su carrera política tres fallidas postulaciones (2011, 2016 y 2021) a la presidencia de la república al mando de su partido de raigambre populista, pero tampoco hay que olvidar su experiencia política como congresista (2006-2011).
Para los analistas, Keiko Fujimori, quien siempre ha contado con apoyos de los sectores económicos empresariales, políticos de centro derecha y hasta académicos para sus objetivos políticos, vistos los resultados de esta, su tercera postulación a la presidencia de la república, tendría que cambiar sus estrategias si es que aún mantiene su deseo de seguir en política, con la mira puesta en las presidenciales del 2026.
Pero debe despejar varias dudas. ¿Cuál será la estrategia con su próxima bancada congresal? ¿Se dedicará al mismo obstruccionismo del 2016 o recordará su juramento de “perdón por los errores cometidos”? ¿Reorganizará su partido político? ¿Insistirá en su denuncia de “fraude” electoral para conservar su vigencia política? ¿Cómo saldrá librada de los juicios y denuncias en su contra?
Keiko Fujimori
Además, deberá definir de qué manera participará en las elecciones regionales y municipales del próximo año (octubre de 2022), pues serán una especie de plebiscito para su agrupación política, y por ende, para ella misma. En ese contexto de la cercana agenda electoral, es posible que las agrupaciones y líderes políticos que hasta ahora le han acompañado en su denuncia de un supuesto “fraude” dejarán de acompañarla.
Fuerza Popular, un partido de derecha conservadora, que defiende el modelo neoliberal y ha manifestado su oposición al enfoque de derechos, rivaliza, en el abanico de tendencias derechistas, con varias facciones.
Entre las más representativas está la ultraderechista Renovación Popular, comandada por Rafael López Aliaga. Un movimiento que nació del fundamentalismo religioso.
En esta agrupación “hay un sector golpista, no olvidemos que el primero en pedir un golpe de Estado fue un parlamentario electo de Renovación Popular”, comenta el politólogo Juan De la Puente.
Hernán Chaparro, especialista en encuestas políticas y catedrático, sostiene que la maquinaria de denuncia de “fraude” contra las elecciones desatada por Keiko Fujimori le será adversa con el tiempo.
“Todo este comportamiento de dilatar y dilatar el reconocimiento de la derrota, todas las partes del Perú que no sean Lima y el norte le van a pasar la factura. La tiene muy complicada”, advierte Chaparro.
Según el especialista, la lideresa de Fuerza Popular “tendría que tratar de hacer (en adelante) una oposición constructiva que fue lo que debió hacer el 2016” o, en todo caso, en la celebración del bicentenario de la independencia del Perú “ojalá intentase ser la lideresa de la reconciliación, sería lo más lúcido, pero nada indica que vaya por ese camino”.
Hay debilidad en las denuncias de supuesto fraude en las mesas que presentaron Keiko Fujimori, Luis Galarreta y Patricia Juárez. Foto: EFE
Pasado el fragor electoral, Fujimori debe enfrentar “una causa judicial pendiente y la posibilidad de que ella y su pareja terminen en la cárcel. Esperamos que no busque vincular la supuesta ilegitimidad del Gobierno (de Pedro Castillo) con una situación de copamiento del Poder Judicial o la Fiscalía y trate de politizar su juicio”, sostiene Hernán Chaparro.
En el plano político, y teniendo en cuenta el actual mapa electoral, Fuerza Popular y Keiko Fujimori, en los próximos meses, deberán definir de qué manera participarán en las elecciones regionales y municipales del próximo año. Por lo pronto, para Chaparro, “López Aliaga, en el 2022 va a intentar tomar la plaza (alcaldía) de Lima, y no creo que deje al fujimorismo tener presencia”.
Al cierre de este informe, se buscó la versión de dirigentes de Fuerza Popular acerca de su futuro y su lideresa, pero no se obtuvo respuesta.
Eduardo Ballón, analista político
Es prematuro hablar del futuro político de Keiko Fujimori, sin embargo, su horizonte inmediato es bastante malo. Ha sido derrotada por tercera vez, tiene una gran cantidad de juicios encima, dentro del espacio político que ocupa le ha surgido competencia fuerte que la ha arrastrado a posiciones que ha mostrado las últimas semanas y es más o menos claro que Rafael López Aliaga está dispuesto a desplazarla definitivamente.
Por lo demás, el fujimorismo está en un trance particularmente difícil. Desaparecida la dinastía Fujimori, el fujimorismo pierde su principal factor de unidad.
Además, ella ya no tendría la misma fuerza en el Congreso como cuando tenía la mayoría. Tampoco han sido parte de la lista que ha ganado la mesa directiva, y no lo han sido porque la mayoría de agrupaciones, no importa cuán de derecha sean, sienten que el fujimorismo las contamina ante la opinión pública.
Resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Perú, en %.
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