Los distintos partidos políticos tienen plazo hasta el 30 de setiembre para inscribir a ciudadanos sin militancia y presentarlos ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) con la intención de participar en sus comicios internos que definirán a los candidatos a las elecciones presidenciales del 2021.
Son muchos los personajes que se inscribieron a “última hora” o negocian su participación en alguna de las 24 agrupaciones políticas empadronadas en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP). La República buscó la voz de conocedores en el tema para saber si realmente afecta a la organización la incorporación un personaje ajeno.
De acuerdo con el licenciado en Historia Augusto Loustanau Moscol, la presencia de personas sin militancia en los partidos políticos data de los inicios de la República Aristocrática, fines del siglo XIX e inicios del XX. “Aquí se empezó invitar a profesionales o intelectuales destacados y con prestigio entre los sectores más ilustrados en las clases medias urbanas”.
Esto se fortaleció y reflejó en la década de 1930 con la presencia de personajes como Raúl Porras Barrenechea, Ciro Alegría, Jorge Basadre, entre otros; quienes llegaron a desempeñarse en el sector público como congresistas o ministros.
No obstante, agrega el especialista, estas prácticas se intensificaron desde 1990 cuando las organizaciones políticas comenzaron a captar a personas de reconocimiento mediático; ya sea profesionales, deportistas, artistas e inclusive personajes de la farándula.
Hay que recordar que en julio del 2019 el Congreso aprobó el proyecto que reformaba la Ley de Partidos Políticos. En su artículo 24 esta señala que solo el afiliado que tenga como mínimo seis meses de antigüedad a la fecha límite de la convocatoria a elecciones generales, puede postular como candidato en una elección primaria. El incumplimiento de esta exigencia invalida la precandidatura individual. Sin embargo, estos cambios no entrarán en vigencia para los comicios del 2021.
Bajo estos términos, para Martín Tanaka, exintegrante de la Comisión de Alto Nivel para la Reforma Política, la inscripción de un personaje a pocos días del cierre de inscripciones de afiliados sí afecta tanto al grupo que lo acoge como a sus miembros.
“Sí (afecta), creo que es una situación que nadie quiere y que a todas luces es un inconveniente, pero eso se explica por tener una reforma política a medias y las restricciones que implicó la emergencia sanitaria”, manifiesta el abogado en diálogo con este medio.
Una posición similar tiene Loustanou Moscol, quien asegura que la aparición de un “invitado” en un partido puede traer problemas “de tratarse de individuos que están menos entrenados a ser sujetos a una decisión político-partidaria”.
Por su parte, el director ejecutivo del Instituto Peruano de Derecho Electoral, José Manuel Villalobos, opina distinto. Según el especialista, la llegada de último momento de un nuevo integrante al partido no tiene ningún efecto negativo.
“No sé si podemos hablar de una afectación, yo creo que beneficia a los partidos el hecho de que los candidatos estén afiliados a ellos o que tengan una pertenencia. En esa línea, esta reforma es un avance con relación a los procesos electorales de antes, donde no se exigía que los candidatos sean afiliados; cualquier persona venía a última hora y acabada la elección ya no tenía que ver con la organización”, apunta el especialista.
Nuestros consultados también explican, cada uno desde su punto de vista, cuál es la situación actual de los partidos políticos en nuestro país con miras a los próximos comicios.
“Los partidos no tienen una ideología o una identidad propia y solo son unos ‘atrapatodos’. Esto es muy difícil en el sentido de coincidencias porque en un momento son de una tendencia que luego cambian”, explica Villalobos, quién también es secretario técnico del proyecto Voto Informado del JNE.
Por ello, exhorta a los peruanos a integrar alguna sociedad política para “no dejar en manos de muy pocos nuestros temas políticos”. Además, considera que un futuro candidato presidencial debe por lo menos tener tres años de militancia en alguna agrupación.
En tanto, Loustanou propone que la militancia mínima debe ser de cinco años, acompañado de un pago de una cuota mensual. Asimismo, enfatiza la democratización interna de las agrupaciones para que “se refleje en la sociedad peruana y en el Gobierno. De lo contrario continuaremos viendo a dueños de partidos, cuyos aliados llegan al Congreso para vigilar sus intereses particulares, a través de la toma de decisiones”.
En el Perú como en otras partes del mundo, se habla mucho de una personalización de la política como referencia al protagonismo que los líderes o postulantes adquieren antes y durante el proceso electoral. Según Tanaka, esto representa un inconveniente cuando no existe una armonía entre la esencia de la organización y el invitado que gana las elecciones internas y quien se presenta como el candidato.
“La mayoría de los electores vota por consideraciones personalistas, se fijan en quién es el candidato y decide según las simpatías qué le genera él o ella. Lamentablemente, estamos acostumbrados. Pero, el problema es la improvisación que hay, cuando no hay coherencia entre los candidatos y los partidos”, advierte.
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La modificación a la Ley de Partidos Políticos también comprende la cancelación de la inscripción de las agrupaciones que no alcancen a ocupar cinco escaños y al menos el 5% de los votos válidos (este porcentaje se eleva en el caso de las alianzas) en las elecciones parlamentarias.
Para Villalobos, las 24 fuerzas políticas hoy vigentes deberán participar de manera obligada en las elecciones del 2021 y estima que al final de los comicios serán menos los partidos que mantengan sus inscripciones. “Creo que, en junio del próximo año, después de la segunda vuelta, solo 10 de los 24 quedarán a lo mucho”, augura el exasesor de la ONPE.
Tanaka, también docente universitario, advierte que esta podría ser una de las razones para incluir en sus filas a personalidades de renombre a pocos días del cierre de inscripciones. “Recurren a reclutar a cualquiera que les permita superar la valla y mantener la inscripción, pero el precio a pagar es la incoherencia o la falta de un programa claro”.
Actualmente, un total 1 593.697 ciudadanos se encuentran afiliados a los 24 partidos políticos inscritos en el ROP. La existencia de muchas agrupaciones “es el reflejo de nuestra sociedad que es muy dispersa y homogénea”, indicó Villalobos.
A pesar de la posible desaparición de muchos grupos políticos, el experto presagia que estos aumentarán debido a los nuevos requisitos y “el derecho que las personas tienen de formar o integrar un partido si la oferta del mercado no le convence”.
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