En los discursos de clausura de cada año académico como directores de la Escuela Militar de Chorrillos, los generales Augusto Villarroel Rossi y Carlos Mayca Vásquez reclamaban con vigorosa voz a los alumnos que fueran ejemplares oficiales de honor, dignidad y honradez. Sin embargo, clandestinamente, en complicidad con sus subalternos, estos mismos generales del Ejército traficaban con el combustible de las cocinas en los que se preparan los alimentos de los cadetes chorrillanos.
Consumían la mitad de la dotación y la otra la traficaban.
El fiscal especializado en delitos de corrupción de funcionarios, Omar Tello Rosales, basado en declaraciones de aspirantes a colaborador eficaz, testigos, documentación incautada e información de inteligencia policial, solicitó y obtuvo un mandato de detención de 27 implicados en el caso, entre quienes destacan los generales de división Augusto Villarroel y Carlos Mayca, ex directores de la EMCH.
Como director de la Escuela Militar de Chorrillos, recibía vales de petróleo que se le asignaba para la elaboración de las comidas de sus propios alumnos, los que luego entregaba al jefe de la Sección Clase III de la Compañía de Intendencia del Batallón de Comando y Servicios 503 del Comando de Educación y Doctrina del Ejército (COEDE), la capitán Heyli Ponce Vílchez. Según los testimonios y documentos recogidos por la fiscalía, Ponce a su vez transfería dichos vales al jefe del grifo del COEDE, el suboficial Dionisio Garcés Gómez, quien los vendía en el mercado clandestino. Cuando acumulaba el producto de las ventas, Garcés llamaba a Ponce para entregarle el dinero y este a su vez mensualmente le daba al general Villarroel entre 6 mil y 1o mil soles. O quizás más, dependiendo de la cantidad del combustible birlado a la EMCH.
Villarroel fue director entre enero de 2012 y diciembre de 2013, y le tomo la posta Mayca entre enero de 2014 y diciembre de 2015.
Estos hechos ocurrieron en 2013, y se repitieron en 2014 y 2015, cuando el general Augusto Villarroel fue designado titular del COEDE, periodo en el que continuó recibiendo vales de petróleo para la cocina, no obstante que no le correspondía.
“Cada mes se le asignaba a la Escuela Militar de Chorrillos aproximadamente 2 mil galones o más. Los vales los recogía la capitán EP Heyli Ponce Vílchez”, declaró un oficial aspirante a colaborador eficaz que conocía sobre el negociado de los vales, de acuerdo con la transcripción de los testimonios a los que tuvo acceso La República: “Luego los entregaba al jefe del grifo del COEDE Dionisio ‘Pelao’ Garcés. Los vales eran hasta por 2 mil galones pero solo entregaba a la escuela entre 700 y 1000 galones y la diferencia era venderlo. Acudía a recoger el dinero total la capitán Hely Ponce. Era ella quien llevaba la plata a la oficina del mayor EP Javier Palacios Chauca y ahí sacaban las cuentas. Una vez que el mayor Palacios cuadraba todo, separa el dinero para el general Villarroel. Acudía a su oficina a la Escuela Militar Chorrillos y se entrevistaba con él”.
Villarroel verificaba cuánto de petróleo le correspondía para venderlo ilegalmente. Le preocupaba obtener una ganancia fija mensual, según los testigos.
DINERO SEGURO
“Veía que le correspondiera un ‘sobrante’ de 1000 a 1300 galones y lo multiplicaba por 5.50 soles. Luego el mayor Palacios sacaba de su mochila el sobre y de este el total del dinero y se lo entregaba al general Villarroel. Este lo veía velozmente, lo volvía meter en el sobre y lo guardaba en uno de sus cajones del escritorio. Una vez el mayor Palacios le dijo al general que firmara como señal de haber recibido el dinero. A lo que respondió: ‘¡No! ¡Estás loco! Nada de huellas’. Estas entregas se hicieron desde mayo de 2013 hasta diciembre del mismo año, entre 5 mil 500 soles y 6 mil 600 soles”, relató el colaborador eficaz.
Algo similar ocurrió cuando el general Villarroel ocupó la conducción del Comando de Doctrina y Educación del Ejército (COEDE).
“Entre los años 2015 y 2016, Villarroel recibía un porcentaje de dinero producto de las ventas irregulares de petróleo para la cocción de alimentos asignado a la Compañía de Intendencia del Batallón de Servicios 503. La jefa de la Compañía , teniente coronel Katherine Castillo Mormontoy le daba cuenta (al general) de la distribución de combustible. La venta ilegal del petróleo para cocción tuvo algunas dificultades, en tanto que el suboficial EP Armando Toro Oblitas no llegaba con el dinero (de la venta ilegal). Así que la teniente coronel Katherine Castillo se presentó al grifo del COEDE y le pidió al suboficial César Hernández Gutiérrez: ‘¿Tienes el encargo del general Villarroel? El tío me insiste en pedir su encargo a cada momento. Dicho pago a favor del general Villarroel era un cupo ya que no se le asignaba petróleo para cocción”, manifestó otro colaborador eficaz.
Hasta este año Villarroel laboró en el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y a fin de año pasará a retiro. Durante el gobierno de Ollanta Humala, su compañero de promoción en Chorrillos, fue ascendido a general de brigada y luego a general de división.
LEÑA PARA EL RESTO
El general de división Carlos Mayca Vásquez, quien también ejerció la dirección de la Escuela Militar de Chorrillos entre 2014 y 2015, repitió la misma modalidad de sustracción del combustible para cocinar los alimentos de los cadetes. Esto significa que el sistema de corrupción implantado en la institución de formación castrense continúa, no obstante que los directores cambian a lo largo del tiempo.
Como en el caso del general de división Augusto Villarroel, colaboradores eficaces, entre ellos oficiales y subalternos que trabajaron al servicio de los altos mandos, ofrecieron sus testimonios, además de documentos sustentatorios de sus versiones, respecto a la presunta responsabilidad del general Carlos Mayca. Antes de asumir la dirección de la Escuela Militar de Chorrillos, Mayca había ejercido como comandante general de la Sexta Brigada de Selva, en Bagua, Amazonas. Cuando fue trasladado a Lima, Mayca pidió la asistencia del suboficial Dionisio Garcés Gómez, a quien profesaba confianza porque había laborado con él en Bagua. Garcés fue asignado como jefe del grifo del COEDE, de donde salía el petróleo para las cocinas.
“Desde entonces, el general Mayca ordenó que el ‘Pelado’ Garcés coordinara los vales de petróleo y ya no la Compañía de Intendencia. Así se dedicó a vender los vales de petróleo de cocción por una cantidad aproximada de 600 a 800 galones. Una vez que tenía el dinero se comunicaba con el general Mayca. En ocasiones Garcés iba a la oficina del general Mayca y en otras este iba donde Garcés”, declaró un postulante a colaborador eficaz.
La fiscalía preguntó por qué el general Mayca le daba tanta confianza al suboficial Garcés. “Cuando Garcés se encontraba se encontraba en Bagua (en la Sexta Brigada de Selva), el general Mayca le entregaba los vales de petróleo para cocción de los alimentos”, respondió el colaborador eficaz.
“¿Y cómo cocinaban si el general Mayca vendía los vales de petróleo?”, preguntaron en la fiscalía al colaborador eficaz.
“El general Mayca ordenaba que cocinaran con leña”, contestó.
Plata para el general, leña para los soldados.
Continúa.
Entre los 27 implicados, se encuentra comprendido el suboficial PNP Luis Chafloque Neciosup, quien estaba asignado a la Dirección contra la Corrupción (DIRCOCOR). Chafloque fue sorprendido cobrando dinero al teniente coronel Javier Palacios Chauca, a cambio de que le entregara información sobre la investigación relacionada al cobro de combustible.
La primera vez que Chafloque exigió dinero fue en 2018, por un monto de 10 mil soles. Palacios le pidió que desapareciera un cuaderno que la policía había incautado y que comprometía al teniente coronel. También le pagó 2 mil soles para que Chafloque revelara la identidad de los colaboradores eficaces e informantes.