Fiorella Montaño
En junio del 2017, los vecinos de Vallecito salieron de sus casas a protestar en contra de una obra de la Municipalidad Provincial de Arequipa. Se oponían a dar continuidad a la construcción del malecón del río Chili, que obligaba a podar árboles en la ribera del río. La obra formaría parte del plan de desvíos, mientras se construía el viaducto Salaverry.
Su construcción se descartó por una serie de observaciones técnicas; sin embargo, la municipalidad ya había comprado el adoquín que iba a emplearse. No hay rastros claros del paradero de las 91 000 unidades destinadas a este proyecto.
Jorge Condori, regidor de la municipalidad provincial, solicitó información sobre este material a la Gerencia de Desarrollo Urbano. Hace 15 días que espera una respuesta. No figuran tras una inspección a los almacenes de la municipalidad.
Un informe del Órgano de Control Interno (OCI) de la municipalidad, emitido en mayo, da cuenta de la desaparición de estos insumos en las narices del personal de la comuna.
Los 91 000 adoquines fueron derivados a otra obra en Umacollo, donde, según el expediente, se necesitaban 1 320 000 adoquines. El 30 de abril de este año, se contrató a la empresa Work TCM Tecnología para determinar si se usó esta cantidad de adoquín en la obra. El resultado real es que se emplearon 1 286 000 en el mejoramiento de Umacollo, por lo que quedaba un saldo de 129 648, que incluía los 91 000 adoquines comprados para la obra. ¿Para qué los movieron si no los iban a emplear en la obra?
La Contraloría determinó que, físicamente, los adoquines no se encuentran almacenados, pero sí hay información documentada de su compra. A ello se suma una comunicación del supervisor de la obra, en la que señala que el maestro de obra se llevó 3 600 adoquines sin autorización de nadie.