El anuncio de una nueva cuestión de confianza para cambiar las reglas para la elección de los miembros del Tribunal Constitucional (TC) originó diferentes reacciones entre los gobernadores del norte del país.
Si bien el presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR), Mesías Guevara Amasifuén, saludó la medida dictada por el presidente de la República, Martín Vizcarra, al considerarla necesaria ante la postura obstruccionista del fujimorismo y el Apra en el Congreso; el gobernador regional de La Libertad planteó una comisión mediadora entre el Ejecutivo y el Legislativo, la que –dijo– debe ser presidida por el arzobispo de Trujillo.
“Es una decisión firme del mandatario y que todos los gobernadores regionales la esperábamos, al igual que la ciudadanía. Vizcarra se pronunció no por el adelanto de elecciones sino por el mecanismo de elección del Tribunal Constitucional (TC), lo que resulta más sólido”, expresó.
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El gobernador regional de Cajamarca enfatizó que para una cuestión de confianza por el archivo del proyecto de ley 4637 de adelanto de elecciones se habría requerido dos legislaturas extraordinarias por ser un cambio constitucional; mientras en el caso del TC solo se necesita de una legislatura, por lo tanto –aseguró– es más rápida la acción.
“El presidente (Vizcarra) ha seguido el camino más corto. La moción de confianza por el caso del TC es una salida democrática”, enfatizó.
Líneas seguidas afirmó que este lunes, los congresistas en lugar de elegir a los miembros de la máxima instancia constitucional debatirán el proyecto de ley presentado por el mandatario para una elección transparente de los miembros del TC. “De no otorgarse la cuestión de confianza, entonces el presidente cerraría el Congreso y la comisión permanente convocaría a un referéndum”, remarcó y agregó que la ANGR considera esta medida como una renovación de la clase política y el camino para un proceso electoral por ser la única salida al entrampamiento que hace el Legislativo.
A su turno, Manuel Llempén manifestó que el país vive una democracia muy débil. En ese sentido dijo que el Ejecutivo debe entrar a un nivel de entendimiento con el Legislativo, cuyos miembros –precisó– deben pensar en los 33 millones de peruanos.
Llempén propuso que ambos poderes deben nombrar a dos representantes con capacidad de decisión y que tengan como mediador al arzobispo de Trujillo, Miguel Cabrejos, de quien destacó siempre ha estado presente en la coyuntura política y ha podido resolver los conflictos sociales.