Por: Liliana Rojas
El politólogo Martín Tanaka deja en claro que la solución a la crisis que afronta el país depende de la voluntad de los políticos para dialogar y consensuar con el Ejecutivo, y advirtió que si se aprueba el adelanto de elecciones, sin reformas, habrá un escenario similar a los comicios anteriores y los electores deberán tener un voto más pensado.
En este nuevo escenario, ¿cómo quedan las reformas políticas?, ¿es posible desarrollarlas?
No hay que perder de vista que la propuesta de reforma política de 12 proyectos al final disminuyó a 6 y de esos se redujo a lo que el (Poder) Legislativo consideró esencial. Una buena parte de ellos va a poder sobrevivir como los referidos a los requisitos de inscripción y causales de cancelación de organizaciones políticas y la incorporación del financiamiento ilícito como delito penal. Las reformas constitucionales (inmunidad parlamentaria e impedimento para ser candidato a personas con sentencias en primera instancia) quedan fuera porque no habría tiempo para implementarlas, y tampoco el proyecto de elecciones internas y primarias de los partidos políticos. Ojalá pueda funcionar el hecho de que los partidos tendrían que presentar listas con criterios de paridad y alternancia manteniendo el voto preferencial. El balance es bastante menor a lo que se quería.
La gente reclama reformas. ¿Acaso este adelanto de elecciones no va en contra de esa exigencia?
Sí pues. Lamentablemente llegamos a una situación de relativo entrampamiento. La iniciativa del presidente es algo así como de los males elijo el menor, pero es un escenario muy complicado, difícil. Ciertamente las reformas se van a aplicar muy parcialmente para las elecciones del 2020, será parte de la agenda del próximo Congreso si se logra concretar esa transición.
¿No eran urgentes los cambios?
Nuestra aspiración era que la reforma funcionara para el Bicentenario. En caso tengamos elecciones en el 2020, estas van a ser muy parecidas a las que hemos tenido siempre. Además, queda mucha incertidumbre porque la propuesta de reforma que presentó el Ejecutivo no está muy clara. Por ejemplo, en el proyecto de paridad y alternancia que sería un avance, el Congreso tiene que terminar de enviar el proyecto de ley al Ejecutivo para que lo promulgue y hacerlo rápido para que pueda funcionar. Además, hay que hacer modificaciones de fechas para su aplicación y si no hay acuerdos, no se podrá aplicar.
¿Es posible realizar elecciones en abril próximo?
Cumplir ese cronograma implica que el Congreso apruebe la propuesta de reforma constitucional y vayamos a referéndum y se convoque a elecciones adelantadas. Todo eso sobre el papel es posible si existe el compromiso de los involucrados. La pregunta es si el Congreso va a querer bailar con la música que toca el Ejecutivo, eso no está del todo claro porque podría rechazar la propuesta del presidente. En ese caso se tendría que preguntar cuál sería la siguiente movida del mandatario. Es una situación muy complicada y a pesar de que suene contrainclusivo es muy necesaria una suerte de acuerdo político entre los principales líderes, entre el Ejecutivo y el Congreso. Si la guerra continúa la situación va a empeorar y va a tener consecuencias impredecibles.
¿Cómo evitarlo? ¿Quién debe dar el primer paso?
El presidente del Consejo de Ministros y el presidente del Congreso son los que tienen que dar el primer paso y luego los voceros de los grupos parlamentarios. La situación es muy complicada, pero esperemos que conforme pasen los días y las pasiones se sosieguen se pueda encontrar un espacio para tener esa conversación.
¿Qué sucederá con la inmunidad parlamentaria?
Esa parte de la reforma ya naufragó.
¿Cree que el presidente hizo lo correcto al plantear el adelanto de elecciones?
Frente a una serie de escenarios donde todos eran muy malos, el presidente optó por uno que le pareció menos malo y aun así, es un camino lleno de riesgos y de peligros y que requiere de mucha buena voluntad de las partes para que no termine descarrilándose.
Una de las partes no responde...
Hasta ahora, vamos a ver cómo evolucionan las cosas luego de que los líderes políticos lean la propuesta del Ejecutivo y la piensen con cabeza fría.
¿Cree que el fujimorismo dejará su posición de enfrentamiento?
Es muy difícil decirlo, pero el tema es que hay que ver a qué nos conduce cada escenario. Cuál es la opción. Pongámonos en el caso de que el Legislativo le niega al Ejecutivo la reforma constitucional, ¿cómo nos deja?, es como prolongar la agonía, la crisis política. Ojalá que los actores políticos se sienten y encuentren una fórmula menos dolorosa y lo más rápida para salir del entrampamiento.
¿Qué tendría que motivarlos para que eso ocurra?
Solo cabe cruzar los dedos y esperar lo mejor. Tenemos la obligación de ser optimistas y confiar en que primará la sensatez.
¿Sensatez?
Para bien o para mal los elegimos y son ellos los que toman las decisiones. Confiemos en que se genere el espacio para que pueda haber un diálogo pensando en el bien del país y no la ganancia individual.
Sin reformas las elecciones serán parecidas a las anteriores ¿Estamos condenados a cometer los mismos errores?
No. Solo cabe esperar que a pesar de tener las mismas reglas, ahora los ciudadanos piensen mejor su voto y los que postulen hagan una oferta política de más calidad.
Son los mismos partidos...
Es una situación de incertidumbre en la que no se sabe las reglas que van a regir, todo tiene que negociarse. De lo que se trata ahora es elegir de los males el menor y minimizar el efecto negativo para llegar lo mejor posible a la elección.