“El centro se ubica en términos económicos y de políticas públicas entre el neoliberalismo criollo y el izquierdismo más combativo”.,Esta semana vi a dos grupos muy molestos con el nombramiento de Salvador Del Solar como Premier. Por un lado, quienes desde la derecha lo denunciaban por caviar, un izquierdista que se hacía pasar por centrista; el caballo de Troya de los rojos. Por otro, desde la izquierda militante lo calificaron como un neoliberal igual a PPK; un tipo de derecha cercano a la gran empresa que no hará cambios sustantivos para regular a los poderosos. Para ambos grupos el centro político, ese lugar donde pretende situarse Del Solar, no existe. A diferencia de estos grupos, creo que el centro sí existe, y que hoy en el Perú es relativamente fácil situarse en él en términos ideológicos. Si bien podemos pensar en distintos discursos de centro, considero que para ser percibido en ese lugar la economía manda. El centro se ubica en términos económicos y de políticas públicas entre el neoliberalismo criollo y el izquierdismo más combativo. Ni el consenso de Lima ni la gran transformación. El centro parece un espacio cómodo en términos electorales y de opinión pública. Calza con el ánimo de una buena cantidad de peruanos y peruanas poco ideologizados o que rechazan los extremos. Sin duda cosas más allá de lo ideológico, como los atributos personales o la posición frente a temas concretos, definen los apoyos a los políticos en el Perú. Pero con todo, el centro parece un lugar interesante desde donde gobernar. De acuerdo a sus primeras declaraciones, Del Solar apostaría por posicionarse y construir ese espacio. Intentaría darle un contenido más político a la centro-derecha intuitiva y pragmática del presidente Vizcarra que ya viene mostrando sus limitaciones. Al mismo tiempo, el centro también puede ser un límite, un espacio sin contenido. No basta decir que no se es algo para entusiasmar políticamente. Lo hemos visto aquí y en otros países cuando candidatos centristas han sido aplastados entre opciones con discursos más claros. Esos candidatos de centro ganaban en segunda vuelta a cualquier rival, pero nunca llegaron allí por edulcorados. Y no solo se puede perder el centro por anodino. También por creerse de centro sin serlo. El Perú está lleno de derechistas que se creen centristas. Cada vez que un político dice que no cree en izquierdas o derechas, hay que informarle que es de derecha. El reto de Del Solar en términos políticos es ser un centro creíble. Es más fácil desmarcarse de la derecha mediática hablando de políticas sociales, paridad, violencia de género y lucha contra la corrupción. Donde la tiene difícil es desmarcarse de la derecha empresarial y el discurso de los libertarios criollos. Si no lo logra puede ser fácilmente situado en el mundo PPK, el retorno de un premier estilo Zavala o Aráoz. Un progre que no muerde. De hecho, en sus primeras entrevistas ese me pareció un déficit, mucho orden, armonía y crecimiento. Felizmente tuvo la suerte de que Roque Benavides lo criticara, regalándole legitimidad centrista y un tema a explotar: la norma anti-elusiva. Pero vale recordar que no siempre tendrá quien lo ayude en forma tan generosa y desinteresada. Para ser de centro no basta con parecerlo, hay que serlo.