Alan García siempre buscó apartar a José Domingo Pérez de su investigación por el caso Lava Jato.,El fiscal de la Nación tiene las horas contadas. Acaba de generar la peor crisis de este periodo y consolidar el blindaje que ya cocinaba silencioso desde el Ministerio Público. Para algunos era más evidente que para otros, los constantes cambios en la Fiscalía, dejar sin recursos y sin piso al Equipo Especial. El regalo de Año Nuevo ha sido para Alan García, Keiko Fujimori... De hecho, se dice que Chávarry es y ha sido siempre un gran admirador de Alan García. El expresidente ha sabido alimentar este secreto a voces expresando su respaldo al titular del Ministerio Público a través de los medios y en más de una oportunidad. Cuando aún se encontraba en España, García alertaba preocupado que “sacar a Chávarry sería un golpe de Estado”. Por otro lado, Alan García siempre buscó apartar a José Domingo Pérez de su investigación por el caso Lava Jato. Su abogado acusó al fiscal Pérez de estar parcializado y hasta miembros del Apra pidieron que el caso García lo viese otro magistrado. La decisión de Pedro Gonzalo Chávarry, a horas de la celebración por Año Nuevo, no hace más que ir en la línea de los investigados, de la impunidad y del blindaje, mas no en el camino de la justicia. ¿Cómo remover a Chávarry y acabar con toda esta maraña de complicidad? La comisión de ética del colegio de abogados ha pecado de indiferente y letárgica, nuestro CNM fue desactivado y a nuestro país solo le queda su gente. La movilización y presión ciudadana se convierten una vez más en una potente herramienta. Además, la posible y latente fractura del fujimorismo podría ser un factor decisivo. Recordemos que el Congreso tiene en sus manos por lo menos cuatro denuncias constitucionales contra Chávarry. La recomposición de la subcomisión de acusaciones constitucionales podría apurar el paso para que se estas denuncias lleguen a buen puerto y se concrete la salida de un señor que se ha ganado el peor lugar en la historia del país, junto a corruptos y delincuentes. En este camino es que el presidente del Congreso, Daniel Salaverry, podría jugar algún as bajo la manga y democratizar un poco las cosas en el Parlamento. Lo observaremos con atención. Martín Vizcarra también puede resarcirse después de sus preocupantes declaraciones acerca de la situación de Odebrecht en medio de la consolidación de un acuerdo de colaboración eficaz. Dar un mensaje contundente y alentando a la población a cumplir con su rol ciudadano de manifestarse frente a este atropello lo ayudaría a crecer en popularidad y calaría en quienes ya lo respaldan. La unidad quizá sea lo más necesario en estos tiempos. Que este 2019 nos traiga eso: unidad para luchar, unidad para vencer.