Las fiestas de fin de año nos han demostrado que el recuerdo del señor Castañeda, para muchos “el mejor alcalde de Lima de todos los tiempos”, va a ser particularmente imborrable.,Ya empieza el verano, pero antes de su llegada, las fiestas de fin de año nos han demostrado que el recuerdo del señor Castañeda, para muchos “el mejor alcalde de Lima de todos los tiempos”, va a ser particularmente imborrable. Primero, la Vía Expresa. La construcción de dos puentes amarillos, que se ofrecieron culminar en octubre, nos ha incomodado con atolladeros y sorpresivas suspensiones de uso de tan importante arteria desde marzo. Resulta que solo uno de ellos, el de Leoncio Prado, aunque con dos meses de retraso, ha sido inaugurado. El otro, el de Junín, aún no tiene fecha para su culminación. Segundo, las obras de la Costa Verde, ad portas de la estación más esperada del año, que incrementa considerablemente el tránsito peatonal y vehicular por este circuito, aún no han sido finalizadas. Tanto el viaducto Armendáriz y el malecón están inconclusos, por tanto, van a convertir las visitas a las playas más populares de la capital en un vía crucis diario, pero, sobre todo, los fines de semana en donde el asunto será sencillamente intratable, lo acabamos de vivir este 25. En el caso del viaducto Armendáriz, la obra debía terminar en el último trimestre de este año, según la fecha dada por Emape. Sin embargo, recién se culminaría en marzo de 2019, cuando el verano ya esté acabando. Sobre el malecón, el cual comprende los distritos de San Isidro, Miraflores y Barranco, el alcalde Castañeda dijo en su momento que estaría listo a fines de octubre. No obstante, ya estamos a fines de diciembre y aún no se ha informado la fecha de entrega definitiva. Lo insólito es que, junto al señor Barnechea de Acción Popular, en un gesto inexplicable de cara al nuevo alcalde de su partido, Jorge Muñoz, ambos posaron provocativamente para las fotos como si las obras ya estuviesen terminadas. Ir a las playas del Sur, será otro parto, pues la remodelación de la antigua Panamericana Sur, que culminarían recién en junio, ha ahogado Punta Hermosa y los balnearios aledaños.