"Es temprano para saber qué va a pasar con los partidos que se mantengan esencialmente al margen de la disputa jurídico-política de estos años". ,La distancia entre Alfredo Barnechea y Raúl Diez Canseco en Acción Popular crece a gran velocidad. La manzana de la discordia es la candidatura presidencial en el 2021, que el primero tal vez ve como un derecho adquirido por su sorprendente performance del 2016, pero que el segundo considera más a su alcance. Barnechea ha logrado mantenerse como una figura expectante en las encuestas, y conservar algunos aliados de importancia en AP. Pero es discutible que haya logrado echar raíces profundas en el partido, donde los recursos económicos y la larga militancia de Diez Canseco siempre han pesado mucho. Lo que ha dado oxígeno a las aspiraciones presidenciales de Diez Canseco es haber colaborado con la exitosa pasada campaña municipal de AP, algo que Jorge Muñoz ha reconocido. En cambio Barnechea no ha logrado salir en la foto con el nuevo alcalde de Lima. Una desventaja que puede ser decisiva más adelante. Diez Canseco arrastra un pasado de cifras electorales poco animadoras. En 1993 llegó tercero en las municipales de Lima con poco más de 8%, en 1995 llegó sexto en las presidenciales con menos de 2%. Si bien Barnechea no le ha ganado a nadie, sus resultados en Lima (27% en 1983) y presidenciales (casi 7% en el 2016) son más interesantes. Desde otra perspectiva, Barnechea es una figura más mediática y con un discurso más sofisticado que su rival, aunque falta saber si ese tipo de virtudes pueden ser decisivas en una elección interna, donde los intereses particulares de los votantes y sus delegados siempre tienen algún papel que jugar. ¿Están los dos políticos de AP disputando una real opción a la presidencia? Es temprano para saber qué va a pasar con los partidos que se mantengan esencialmente al margen de la disputa jurídico-política de estos años. Tampoco sabemos todavía qué efecto tendrán para AP tres años de alcaldía en Lima, un encargo desgastante. Que el conflicto entre los dos aspirantes se haya hecho notorio tan temprano es indicio de que hay más en disputa. Por ejemplo la pugna por el control del partido entre personas que no están a la vista. Para ellas lo principal no es el candidato a presidente sino, por ejemplo, la lista parlamentaria.